Capítulo 2

52 3 6
                                    

Antiguamente hace ya muchos años las madres solían cortar el cabello de sus hijas una vez por mes para así mantener la frescura de este, cosa que ya no se aplicaba actualmente, pero mi madre deicidio mantener la postura de nuestros antepasados y aplicar esa tradición sobre mí, y efectivamente a las cinco de la madrugada mi largo cabello-Que crecía con una rapidez extraordinaria- Había sido cortado, y ahora este no podía tocar mis hombros.  

Había faltado ya 2 días al instituto, y mi madre me había obligado a ir-Aunque no tengo mucho sentido ir solo jueves y viernes-Pero a mi madre parecía no importarle mi lógica. Ya con mi horrible uniforme puesto que consistía en una falda roja que llegaba a mi muslo-No tan larga ni tan corta-Una camisa blanca con una corbata también roja y sobre esto, un suéter de color gris, mis zapatos mocasines marrones con medias largas negras, si, este era el precio de estudiar con privilegios. Con un cintillo obligue a mi cabello a quedarse atrás y no perturbar mi rostro, me colgué mi backpack con todo lo necesario para sobrevivir el día.  

-Tres bolsas de té verde.

-Cuaderno de apuntes.

-Caramelos.

-Un pañuelo.

-Un lapicero tinta azul.

-Frutas picadas en un envase plástico.

-Papel higiénico.

-Antibacterial.

-El libro "El perfume" de Patrick Sûskind.

-Mi agenda.

-Mi IPod.

-Y mis infaltables audífonos.

Con todo esto ya listo baje hacia la cocina, como era de esperarse mi madre ya no se encontraba en la casa, se iba muy temprano, mi desayuno estaba en espera sin falta, me senté en la mesa frente a mi plato que contenía mi desayuno-Huevos revueltos con dos rebanas de pan, algo de mermelada de mora y un jugo natural de durazno-Comí lentamente, de todas maneras no tenía ningún apuro en ir al dichoso instituto. Al terminar mi delicioso desayuno, tome el plato y lo lave perfectamente, lo seque y lo guarde en su respectivo lugar.

Después de cepillarme los dientes una vez más Salí de mi hogar y fui hacia la parada de autobús, mi mente pronto recordó a mi vecino, a quien debería decirle Alex, ya que es su nombre. Mis mejillas se ruborizaron al recordar lo sucedido ayer en la noche, ¿Ese descuido de mostrarme su cuerpo fue a propósito? No entendía nada a las personas, y nunca tuve por que hacerlo si mis únicas relaciones sociales fueron mis padres. No sé por qué Alex le gustaba acosarme, tal vez solo le gusta burlarse de mí.

Entre tantos pensamientos había llegado al instituto "HighSchool Harley" Mis oídos captaron pronto diferentes voces, voces que odiaba oír, arregle fácilmente el asunto y me coloque mis audífonos.

Doa-Foo Fighters.

Camine hacia mi casillero esquivando a varios grupos quienes reían sin parar como si estar aquí fuera motivo de alegría. Llegue hacia mi casillero finalmente y lo abrí para luego recoger mis libros y llevarlos a mano, al voltearme luego de cerrar mi casillero un alboroto llamo mi atención, un grupo de chicas alrededor de alguien, también pude notar a varios jugadores de futbol americano quienes estaban alrededor de esa sola persona, quien no era más que Alex. Era de esperarse, el más popular, y me imagino que el nuevo mariscal de campo si alguien se llega a enterar que estuve en su casa tendré problemas. A causa de mi ansiedad me dirigí hacia el patio donde se encontraba una cantina.

-Hola Sav, ¿Agua caliente?-Pregunto Olga con una sonrisa.

-Sí, gracias.-Respondí yo con mi usual tono bajo.

Savannah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora