La Ciudad Fantasma

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Tras media hora de viaje, llegan a la Alta ciudad de Heaven, y se topan con una ciudad fantasma.
Tras llamar a Janet y no contestar después de varias llamadas, los preocupa a todos.

El sol ya estaba casi oculto, algo que no les iba a favorecer nada a la familia, debido que los edificios estaban sin potencia eléctrica y eso les cegaría completamente.

La camioneta deambula por toda la avenida central de la ciudad, la cual estaba rodeada de rascacielos, los cuales tenían indicios de estar inhabitados, además de que no había presencia de ningún alma por las calles, el silencio era abastecedor, parecía que la ciudad hubiese sufrido una guerra o algo peor.

-¡Detengámonos aquí! -dijo Robert -¿Ningún indicio de tu madre?-

-No contesta el teléfono-respondió Carl.

-Mis padres tampoco contestan -dijo Melisa

Robert resopla, este aparca a un costado del edificio del Hospital, deja las llaves puestas y comienza a dar órdenes.

-Ok, ustedes quédense aquí (señaló al asiento de atrás donde estaban Iván, su madre y Melisa), Carl y yo iremos al hospital a buscar a Janet.

Carl abrió los ojos -¿Entrar allí?...pero eso es de locos-

-¿Quieres o no encontrar a tu madre? -dijo Robert. Carl, apenado, se calló la boca y salió del coche, Robert hace lo mismo, pero antes de irse le dice a Iván.

-Sí en media hora no volvemos...id al aeropuerto, mi amigo estará esperándolos ahí-dijo Robert, con tono teatral.

Iván, con su madre recostada en sus hombros le asienta con la cabeza.

Robert y Carl salen del coche y caminan hacia el Hospital para buscar a Janet mientras que Iván se queda cuidando de las chicas en el carro.

Robert va con su cartucho en brazos, preparado por si avista algo.

-¡Toma!- le da su pistola a su hijo. Carl carga el arma haciendo payasadas.

-¡Eso no es un juguete!....eso es de verdad-

Carl un poco nervioso le responde -Sí...lo sé...es que nunca he tomado una de estas-

-¡Agh...! Estos milenials...en mis tiempos, ya con 17 añitos te mandaban al ejército-

Carl se detiene y extiende su mano frente a su padre para detenerle la marcha justo antes de entrar al hospital.

-¿Qué pasa?- pregunta Robert

-¡Ví algo!-dijo Carl

Robert comenzó a dar pequeños pasos, entrando al edificio.

-¡Sígueme!- ordenó Robert mientras daba pequeños pasos hacia el elevador.

Mientras caminaba vio algo que llamó su atención de repente, se trataba de una silueta que se dibujaba detrás de la mesa de recepción.

Robert a medida que se fue acercando, pudo reconocer la silueta y deducir que no se trataba de un zombi esta vez, era un muñeco de entrenamiento.

-¡Joder!- se quejó Robert.
-Menudo susto nos dimos -respondió el trigueño.
-Sí, andando...subamos hasta el quinto piso-

El sol terminó de esconderse en el horizonte, el cielo se tiño de negro y ahí se encontraba el auto de la familia, a un costado del edificio, solitario y dentro del carro, Iván al cuidado de las señoritas.

-¿Nada de tus padres? -dijo el hispano
-¡Nada! -respondió Melisa, que se lleva las manos al rostro.

-¡Tranquila!...seguro fueron a algún refugio o algo...-señaló él.

La Línea del Tiempo Perdida 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora