Durante la noche.
Robert investiga algunos de los registros que tenía Yuri en su oficina, investigando la entrada de productos y el gasto de ellos, también, revisa el listado del control del personal, hasta que resulta encontrar con una irregularidad de diez personas desaparecidas en las últimas 24 horas.Simultáneamente, como parte de la velada nocturna, Iván y Angela estaban paseando por los pasillos del centro, conversando sobre sus qué aceres antes del brote.
—¿Entonces eras militar? —preguntó Iván a Angela.
La castaña sonríe y toma un trago de una botella de vino que antes había tomado de las bodegas de La Reforma, la chica se asienta a la pregunta hecha por el joven.
—Oficial de la milicia rusa…pero tuve que abandonarla—
—¡Wow! Que cool, es súper cool ser como ustedes —dijo el hombre.
—¿Cómo nosotros? —preguntó Angela, confundida.
—Sí...ya sabes, tener habilidades, poder sacar la cara en estos momentos, yo ni siquiera se disparar un arma—
—¡Eso es muy fácil!—exclamo Angela. La chica saca su arma y se la coloca en la mano a Iván para que este practicase, ella se coloca detrás de él, sujetándole ambas manos al joven, mientras le susurra al oído.
—Solo tienes que mirar por la mirilla, aguanta la respiración y aprietas el gatillo— le instruía susurrándole al oído, algo que excitaba de cierto modo a Iván.
Iván, en un arrebato, gira su rostro hacia la cara de Angela y la besa. Angela no se aparte, le continua el beso.
Simultáneamente, Carl estaba sentado en una de las cafeterías del Centro comercial, mirando a través de la vidriera de cristal, el aspecto de la ciudad de Heaven City.
—¡Uy!...que tan pensativo— dijo Melisa, que entró a la cafetería para acompañar a su amigo.
El joven resopló.
—no…simplemente estoy observando lo que nosotros mismos hemos destruido—Melisa se sienta frente a Carl.
—¿A qué te refieres? —preguntó.—No lo sé…me llamaras loco, pero a veces tengo la sensación de que prevengo cosas…—
Melisa le mira raro.
Carl volvió a resoplar —El día que todo comenzó…sentí una extraña sensación, mi cuerpo se erizo completamente, y de repente ¡Pum!...todo empezó—
—¿A dónde quieres llegar? —dijo Melisa.
El chico frunció el ceño.
—Lo que estoy tratando de decir es…que presiento que todo esto no ha sido una obra de la naturaleza…este virus, no es un simple virus…o sea, no he estudiado medicina lo suficiente para reconocerlo—
Melisa se inclina hacia delante, prestándole atención a su amigo.
—…un virus es un asesino perfecto, no hay nadie mejor, más creativo— explica Carl mientras hace dibujitos en una servilleta –Pero como buen asesino no resiste querer que lo atrapen…o sea ¿de qué sirven los crímenes geniales sin el reconocimiento?...así que deja migajas…—
—¡Yo no veo migajas por ninguna parte!...simplemente ha infectado a todos para que actúen como locos—dijo Melisa
—Ahí es donde está la cosa…si fuera un virus mortal, simplemente mataría y ya, no habrían estas consecuencias— explica Carl.
Melisa hace como entenderle.
—Sin embargo, este virus se esparce, sin fin, sin rematar al hospedero, no solo contaminando al ser vivo, sino al ambiente, caos…destrucción…esto no es un virus…esto es un…—
—¡Es una arma!— le interrumpe Melisa
—¡Exacto!—
Melisa se queda atónica con la teoría que acababan de formular, pero dicha teoría tendría que comprobarse.
—Puff…- de repente sienten un disparo y la primera reacción de ellos es agacharse.
Desde el otro lado del Centro Comercial, Iván y Angela estaban enrollándose, también sintieron el estruendo del disparo.
Melisa y Carl asustados salen de allí y comienzan a caminar, hasta que ven por una rejilla de ventilador a un anciano tirado en el suelo sangrando, cuando miran hacia arriba, estaba Yuri con un arma en su mano, respaldado por sus hombres.
—¡Tirad su cuerpo con los otros!- se escucha a Yuri decirle a uno de sus hombres
Melisa se queda en shock—¡NO ME LO PUEDO CREER!——Se supone que no teníamos que haber visto esto— le dijo Carl en silencio
–¡Vámonos!—, tras eso, ambos se giran y tratan de salir de allí silenciosos, pero Carl sin querer se había enganchado en uno de los tornillos de la rejilla y al girarse tiró de ella, provocando que esta callera al suelo e hiciese ruido.Desde el otro lado de la habitación, Yuri y sus hombres escuchan el ruido.
—¿Quién anda ahí?— dijo el musculoso.
Acto seguido, Melisa y Carl se marcharon corriendo, tratando de no ser pillados por los hombres de Yuri.
Durante la huida, Carl va directo a avisar a su padre. Carl llega al cubículo donde descansaba su familia, allí, agitado, con la mano en el pecho, le dice a su padre.
—¡Papá!...estos hombres…son unos asesinos—Robert asintió como si ya lo supiera.
Carl abre los ojos sorprendido —¿No vas a hacer nada?——¿Qué quieres que haga? —preguntó Robert.
El trigueño respiró hondo —¡Están asesinando personas!— dijo Carl, Robert le coloca la mano en la boca –baja la voz, o nosotros seremos los siguiente—
Melisa se asombra por la actitud de Robert –no me lo puedo creer Señor García…usted está de acuerdo con este ultrajo—
—¡Muchachos!— Robert trata de calmarlos –por mucho que quisiera, ¿Cómo detendríamos a un hombre con medio batallón a sus órdenes?—
Carl se sienta, pensativo.
—¡Si tengo que quedarme callado para que mi familia sobreviva!...no lo dudare—
Janet se levanta de su colchón, se acerca a su marido y le acaricia el hombro.
—¡Robert!...no es lo correcto—Robert resopla, mira a sus seres queridos, este agacha la cabeza y dice
–¡Ok!...iremos a ver a Yuri——¿Iremos?— dijo Carl, tratando de quitarse peso de encima.
—¡Sí!...tengo un plan de ventaja— Robert toma por el brazo a Carl y salen hacia la oficina del líder de La Reforma.
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La Línea del Tiempo Perdida 1
Science FictionEn 2023 la humanidad cursa por el perido de su historia debido a la superpoblación, la hambruna, las constantes guerras y el calentamiento global. En el medio de esta crisis mundial, se desata un virus en la ciudad de Heaven City, la cual tiene una...