Acaban de mudarse.

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Después de los acontecimientos en Hawkins, el grupito de los nerds estaba en constante alerta por si algo pudiese repetirse nuevamente.
Era hasta cierto punto estresante el no saber si todo terminaría ahora o no, pero mejor ser precavidos.

-¡Mierda! ¡Perdí otra vez!

O bueno. Puede que no estén tan centrados en eso.

-Mira y aprende.

Era el turno de Mike, que era, claro, bueno en los juegos de Arcade, pero aún así no lograba superar ese maldito récord en la sección de máximos puntajes.
Dustin ya lo había intentado y no lo logró tampoco, cosa que había detonado la curiosidad de los cuatro niños, dado que era él quien había estado siempre entre los puntajes más altos.

-¡No!

-¡Muévete, muévete, Mike!

-¡Eso intento, cállate!

Una niña pelirroja entró al Arcade. Parecía tener la intención de jugar en la misma máquina que los cuatro, pero al verlos ahí mejor decidió retirarse.

-¡Mike!

-¡Me mataron!

Uno de los empleados, harto del escándalo, se dirigió a ellos y, sin intenciones de ser amable les dió una indicación.

-Si van a hacer tanto ruido tendré que sacarlos yo mismo.

Los tres niños se miraron entre sí. El único que fijó directamente su mirada en el empleado fue Mike, malhumorado por haber perdido el juego.

-Solo estamos jugando, no entiendo cuál es tu problema.

El empleado pareció consternado y molesto por la respuesta que había recibido. Antes de que pudiese decir algo, los amigos del niño se disculparon con el tipo y guiaron a Mike fuera del Arcade.

Después de una serie de reproches acerca de por qué había contestado de esa manera, finalmente se dirigieron todos a casa de los Wheeler, esperando conseguir más monedas para el juego.

-¿Quién es MadMax?

-No sé pero debemos recuperar nuestro récord -zapateó Dustin, con sus dificultades para pronunciar la "r".

-Tal vez pueda enseñarnos a sacar ese puntaje tan alto.

-¡No, Will! ¡No pediremos ayuda al enemigo!

-Nunca dije que teníamos que pedírselo.

Y se quedaron en silencio por un momento.
Cada quien parecía estar en su mundo hasta que el timbre sonó escaleras arriba.
Los cuatro voltearon hacia la puerta del sótano y escucharon con atención quién era.

-Hola, mucho gusto.

-Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?

-Yo y mi familia somos nuevos en el vecindario. Quise venir hace unos días pero la instalación es laboriosa.

Los niños se miraron entre sí, siendo Lucas quien subió sigilosamente las escaleras para asomarse un poco y saber de quién se trataba; una mujer rubia de aspecto humilde que hablaba con la señora Wheeler.

Pronto los demás niños se agruparon con cuidado detrás de Lucas.

-¿Quién es ella?-susurró Dustin, a lo que Lucas respondió.

-No tengo idea pero es nueva aquí.

Después de unos instantes más, la señora Wheeler y la tipa nueva se despidieron y volvieron a lo suyo.

Los cuatro niños volvieron al sótano a prisa para platicar acerca del tema, generando teorías como si fuese un caso sin resolver.
Comenzaron a suponer varias cosas aunque ninguno de sus escenarios era totalmente acertado.

Era simple.

Tenían vecinos nuevos.

Una familia se mudó a Hawkins.

Una nueva.

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El reflejo perfecto || Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora