Capítulo 1 ll Flor Azúl

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-¡Rápido!, ¡Agarrense de cualquier lugar, oh podrían caer del barco!- grito Zeff desde la cubierta, los chefs en el Baratie obedecieron, se agarraron de donde pudieron -¡Sanji, deja eso ahí y agarrate de algo o métete a la cocina!

-¡Pero la comida se desperdiciara!- dijo un pequeño niño con varios alimentos en sus manos.

-¡Sanji, deja eso, en este momento es más importante tu vida!- Gritó uno de los Chefs

-¡Pero!.

-¡Ningún pero, deja eso y entra a la cocina!-Dijo Zeff ya enojado, él solo quería protegerlo y a todos en el restaurante, la marea era aún más alta y el agua del mar empezaba a meterse al barco.

A pesar de que Zeff le ordenó a Sanji que entrara, él se aferró a querer proteger la comida y esto le trajo consecuencias. Una ola muy grande golpeó el barco, provocando un movimiento muy brusco en el baratie, y Sanji cayó directo al mar.

Zeff se lanzó al mar para salvarlo una vez más, pero la corriente estuvo en su contra, Sanji salió de su alcance...

***

Sanji abrió lentamente los ojos y el sol pegaba directamente en su cara, se levantó rápidamente al darse cuenta de que no estaba en el Baratie, echó un vistazo a todo su alrededor, tenía ganas de llorar pero escucho una voz acercándose a él.

-¡Es por aquí!, ¡Miren ahí está el niño del que les hablé!-decía un señor chaparro y calvo mientras corría hacia Sanji- ¡Por favor Koushirou-san ayude a este niño!

Sanji solo miró con sus ojos llorosos, mismos que secó, sintió un poco de alivio al ver a estos dos señores.

-¿Te encuentras bien niño?- dijo el señor con un kimono y lentes.

-Si, gracias por preguntar... ¿Me podrían ayudar a regresar a mi barco por favor?-dijo con su voz entre cortada.

-¡Mira pobre niño, debe tener hambre!- pronunció el señor calvo.

-No, en realidad no-Dijo Sanji, pero fue interrumpido por el sonido de su pequeño estómago rugiendo de hambre, esto hizo que Sanji se pusiera rojito.

-No hay más remedio, ven pequeño, te daré algo de comer y un cambio de ropa, la que llevas se ve muy mojada y llena de arena, no vayas atrapar un resfriado.

Sanji siguió al señor hasta una villa, había poca gente y todos vestían con kimonos, en el camino vio muchos niños alegres que en cuanto vieron al señor de kimono y lentes se emocionaron y fueron a saludarlo. Entraron a un dojo, donde había varios niños entrenando, entre todos hubo un niño que llamó su atención por su cabello, parecía un musgo, cuando Sanji paso por su lado soltó una risita, esto hizo que el niño dejará de entrenar y se parará frente a él.

-¡¿Tienes algún problema, niño?!

-No, en lo absoluto-se giró y por más que quiso contener su risa no pudo, empezó a reír y el niño lo tomó del brazo lastimado a Sanji un poco por su agarre, se giró Sanji ya muy serio.

-¡¿Qué te causa tanta risa cejitas de espiral?!

Los niños presentes en el dojo detuvieron su entrenamiento y los miraron, unos murmuraban cosas y otros solo estaban en silencio, el señor que llevó a Sanji al dojo no estaba, había dicho que esperara ahí y aún no regresaba.

-Suelta mi brazo por favor- pidió amablemente Sanji.

-¡Si no quiero, ¿Qué?!- apretó más su agarre.

-Solo suelta mi brazo oh enserio me vas a lastimar- dijo para que ya lo soltara.

-Esa es la idea- dijo con el ceño fruncido y lastimando ahora sí su brazo.

A quién amo es a tí ll SanZoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora