Yuma miraba el pequeño cachorrito de Golden Retriever que sostenía en sus manos, orgulloso de haber convencido al tipo de la tienda que se lo diera a él, y no a la persona que había hecho el encargo pero llevaba días sin preocuparse por ir.
Estaba seguro de que el nuevo perrito animaría a Harua.
—
── Cariño, pasa pasa ──la hermana mayor de Harua le hizo un ademán para que entrara a la bonita casa que les pertenecía.
Nakakita entró, sosteniendo en sus manos al pequeño cachorro que parecía dormido.
── ¿Es tuyo ese bonito cachorro? ──Arin preguntó.
── No. De hecho, es de su hermano, Arin-san. Es un regalo que creo que le va a anirmar un poco ──comentó con una pequeña sonrisa.
La mayor -de unos 27 años- se cubrió la boca con las manos y sus ojos se humedecieron un poco.
── Yuma~, qué bonito detalle de tu parte. Eres tan preocupado, qué lindo ──la bonita chica le regaló una sonrisa.
El menor se sonrojó un poco, y luego pidió permiso para retirarse hasta la recámara del menor, obteniendo el permiso por parte de la fémina.
Una vez frente la puerta tocó, y al escuchar la voz del pelinegro diciéndole que podía pasar lo hizo.
Encontrándolo sentado en medio de la cama, con un hoodie que le quedaba holgado y el cabello algo disperso.
── ¡Yuma-kun! ──soltó emocionado, bajándose de la cama, para acercársele.
Sin embargo un pequeño ladrido le detuvo, y sus ojitos se posaron en el cachorro que traía el castaño en manos.
── Y... ¿Y eso? ──preguntó nervioso.
── ¿Él? ──preguntó mirando el perrito.── Es tu nuevo perrito, tiene un mes y medio, lo vi y supuse que te gustaría ──
Harua miró al mayor unos segundos y luego se puso a llorar mientras tomaba al cachorro.
── Y-Yuma-kun... ──quería agradecerle, pero el llanto y la emoción no le dejaban.
── Está bien, ángel, está bien ──se acercó a besarle el cabello y sonrió.
—
── ¿Ya pensaste el nombre que le vas a poner? ──preguntó el mayor, al verle calmado, jugando con el cachorrito en sus piernas.
── Nayu... Es la combinación de tu apellido y tu nombre, Nakakita Yuma, Nayu... Uhm, así siempre que lo llame recordaré qué tan importante es para mí este regalo que me hiciste ──comentó con dulzura.
Y Yuma quiso llenarlo de besos.
Puede que sólo fuese un pensamiento... Pero uno que quizás el pelinegro había escuchado, y no tardó en acercarse a besar la tersa mejilla del mayor.
Sonrojándose casi que al instante, pero eso no impidió que dejase su cabecita recostada en el hombro del castaño.
── Esto es lo más lindo que han hecho por mí... Aparte de ponerte en mi camino. En serio eres como mi ángel guardián ──dijo con ojitos brillosos.
── Y tú también eres el mío ──besó por unos segundos la frentesita de Harua, y luego sonrió.
Eran el ser celestial del otro. No tenían por qué ocultarlo.
── Te quiero ──balbuceó el menor abrazando al cachorro, aunque Yuma sabía perfectamente que se trataba de él.
── Yo igual, Haru ──
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Epiphany [Yuma x Harua] Yurua
Fiksi PenggemarQuizás sí estaba haciendo entrada a su vida una epifanía repentina... Nueva para él que sólo era un adolescente que recientemente empezaba a conocer cual era la vida real. Y todo comenzó cuando empezó a mirar demás esos ojitos bonitos que se achinab...