¡Sólo quiero un poco de paz! || Park Jimin ||

S a t u r d a y. Part One

Una cálida luz solar pasó la ventana de la habitación del más pequeño de la familia, apuntando directamente a in rostro adormilado de un pequeño de siete años, que justo hoy los cumplía. Sus ojos parpadearon con molestia por la irritante luz hasta finalmente sentarse sobre la cama para evitar la luz, notando que hoy era exactamente sábado 13 de octubre , su cumpleaños. Saltó de la cama rápidamente poniéndose de pie y se acercó al reloj, viendo las agujas de este que apuntaban las doce del día con minutos, había aprendido a leer la hora gracias a Padre, sin embargo los minutos no los entendía, Madre y Padre llegarían a las cinco, dijeron, hoy sería el gran día que tendría su deseado feliz cumpleaños.

Jimin abrió su armario, buscando y buscando entre prendas la que había querido tanto usar para este día tan especial, justo con sus zapatos, había pensando durante todo un año lo que usaría este grandioso día, nada podría arruinarlo. Una vez vestido y bien acomodado todo en su persona, fue hasta la puerta, abriéndola, notando que en el piso había una cajita de regalo que no dudó en tomar entre sus manitas y abrirlo.

Emocionado, con altas expectativas respecto a lo que habría dentro, quedó totalmente desilusionado al encontrarse un papel con letras grandes y redondas, sabiendo que quién se la entregó, quería que lo leyese.

— v...ve..  haci..a  el sa..lón.. ve hacia el salón.. salón.. ¡oh, abajo!

El menor afirmó el agarre de aquella caja y salió de su cuarto para ir a tan esperado lugar que el menor desde hace unos segundos ansiaba por ir. Cuando llegó, notó como todo estaba decorado, habían mesas con manteles decorativos, platos de plástico junto a vasos, bolsas de dulces, una piñata, un montón de globos y serpentinas, todo estaba decorado para su gran fiesta de siete años. Muy emocionado soltó un gritito y comenzó a corretear por todo el salón, viendo, tocando y analizando que todo estuviera bien, una enorme sonrisa estaba en su rostro, nada podía quitarla de su carita.

Una vez dejó de correr, notó unos enormes peluches que no podía reconocer, pero provocó que su alma abandonara su alma unos segundos antes de volver a si mismo y alejarse lo más rápido que pudo. Cerró sus ojos para concentrarse en las palabras que dijo su mejor amigo que lo hacían volver a si, luego de aquel accidente que ocurrió con su hermano.

— Respira Jimin, tú puedes, no es real, solo está en tu mente.

Una vez las palabras fueron mencionadas, Jimin abrió sus ojos y sonrió, sintiéndose más tranquilo tras las palabras dichas que recordó a la perfección. Volvió a la normalidad y se acercó a aquellos peluches para verlos con claridad, viendo como no solo había uno, sino que habían tres, parados, eran más grandes que él, tenían formas peculiares y podían estar de pie, eran como animales, algo que Jimin jamás había visto en sus cortos años de vida.

Llegó al último peluche y tomó su mano para verle de cerca, pero en cuanto se dio cuenta, no había ninguno de los peluches atrás suyo que anteriormente había visto. Alarmado, retrocedió rápidamente, chocando con el peluche que antes había tocado, pero pronto se sintió acariciado, lo que hizo que su corazón palpitara a mil, se encontraba tan asustado que ni siquiera su voz pudo salir, solo lágrimas, empapando su rostro por completo.

— Feliz cumpleaños, maldito infeliz.

Fue lo último que sus oídos pudieron escuchar, puesto que aquellas manos afelpadas del peluche grande taparon su rostro, privándolo de visión y de oxígeno, dejándolo inconsciente.

MIREN QUIEN VOLVIÓ. finalmente ahora voy a  terminar estas historias sin dejarlas en el olvido. Aprovecho para decir que hace dos dias, el 23 de agosto cumplí diecisiete, me siento renovadita JDJFKF  y planeaba sacar una nueva historia, con actualizaciones relativamente constantes. Gracias por la espera, les adoro <3. Esperen el próximo capítulo que el final esta a la vuelta