Eli nunca se imaginó que todo lo que anhelaba encontrar estaba justo debajo suyo.
Evangelina mejor conocida como Eva o Eli. Vive en un pueblo al norte de Denver Colorad, junto a su tío Max y su padre James.
Eli Intentara buscar al culpable de todo e...
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ESTABA NERVIOSA POR ESTO PERO ME MANTUVE firme. Sople sacando todo el aire que consumía adentro mío, Bruce lanzó la pelota nuevamente, los nervios comenzaron apoderarse nuevamente en mi esparciendose en todo el cuerpo, mis piernas comenzaron a temblar y mi frente a sudar. Esperé en mi lugar agarrando fuerte el bate con las dos manos segura de que esta vez si lograra pegar a la pelota en cuando paso todo lo contrario, otra vez volvi a fallar, la pelota siguió de largo y no pude pegarle. Cansada y molesta hable.
— Esto es inútil — dije sacándo el casco de la cabeza y tirando al piso al igual que el bate, luego me senté en un tronco pasando mis manos por mi pelo.
— Con práctica lo lograrás, Eli. — intento animarme mientras se acercaba a mi.
— Ya estoy tres semanas intentado y nada, al parecer no sirvo para este deporte — conteste algo molesta.
— Créeme que yo empeze así, estaba apunto de rendirme hasta que le agarre la mano y me acostumbre, ahora no me cuesta tanto como el primer día. Es cuestión de práctica. — Soltó una sonrisa en su rostro intentando cambiar mi humor.
— Por hoy es suficiente. Vayamos por un helado, eso te va a animar seguro, ¿qué te parece? — pregunto el con amabilidad.
— De acuerdo — Conteste sin ganas. Dicho esto bruce extendió la mano para poder ayudar a levantarme del tronco, yo accedí por el gesto amable de él.
Bruce adelanto el paso y fue aguardar sus pertenencias para podernos ir. Mientras tanto yo aún seguía en el campo de baseball yendo donde Ce《bruce》a pasos lentos.
Mientras caminaba y pensaba en algunas cosas pude notar a lo lejos del campo algo que me llamó la atención. Se encontraba una figura enorme, no puede distinguir quién es ya que estaba a metros sobre mi. Estaba apoyado en unos de los árboles, no puedo deducir si estaba mirando a mi dirección o simplemente miraba a otro lado.
Seguí mirándolo hasta que sentí como mis pies caía brutalmente al piso por algunos ladrillo que se hallaban allí, estaba tan concentrada en ese tipo que nisiquiera me fije por donde pisaba.
Me hice mierda.
Rápidamente escuché mi nombre a lo lejos y sabía de quién se trataba.
— ¡Eli! — grito bruce corriendo hacia mi
— ¿Estas herida? ¿Te lastimaste mucho? ¿Querés que te lleve al hospital?,Dios eli, ¿por qué sos tan torpe? — resopló el morocho con preocupación.
