𝑻𝒉𝒆 𝑶𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑾𝒐𝒎𝒂𝒏| Los daddys issues dan como producto la sexualización por la atención masculina.
T/n Hargreeves, alguien con este problema un día conoce a Aidan Gallagher, un Estado Unidense frio dueño de una gran empresa.
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Al verla ahí, tan débil, llorando, sentí una punzada en mí corazón, como si ella ya estuviera dentro de él, como si cada vez que la lastimaran mí corazón también se sentiría afectado.
Ella lloraba, lloraba desconsoladamente, desconozco la razón, pero juro que si alguien le hizo algo no pararé hasta hacer que lo page.
—¿T/n...? —Dije y se limpió las lágrimas.
—G-Gallagher —Dijo con un hilo de voz—. Te eh dicho que toques la puerta —Dijo acomodando su coleta
Me acerqué a ella, arrodilándome a su altura y acaricié sus mejillas quitándole algunas lágrimas de estás.
Estaba roja como un tomate, había llorado mucho.
—¿Alguien te hizo algo? Dime y de inmediato hago que lo saquen a patadas.
Ella negó con la cabeza y se tapó la cara.
—Lo siento, debería estar trabajando.
—No, deberías estar almorzando, por eso vine —Le mostré una caja de pizza—. ¿Compartimos? —Sonreí de lado, tratando de animarla.
Ella desvio la mirada, avergonzada y yo solo acaricie su mano, entrelazando nuestros dedos.
—Nena... Sabes que no te conozco bien, pero, ¿te hice sentir incómoda de verdad? ¿Por eso lloras? Juro que si es así dejaré de hacerlo.
Ella me miró y sonrió de lado, no la conozco bien pero sé que esa sonrisa es más falsa que la escritora diciendo que es hetero.
—No me llames así, Gallagher —Dijo, levantándose con una sonrisa desanimada.
Sonreí al no escuchar que no era por mí comportamiendo... Lo admito, algo acosador.
Tomo asiento y abrí la pizza inundando mís fosas nasales por el delicioso olor, ella relamió sus labios mirando la pizza.
—Huele delicioso.
—Sí —Sonreí—. Si gustas, come.
Ella tomo un pedazo de pizza, pero al instante se quemo ya que era recién hecha y la tiró a la caja de nuevo, soplándose la mano.
Reí al ver esa tierna acción, era tan torpe.
—Se supone que tenías que soplar antes —Dije, riéndo.
Ella solo entrecerró sus ojos mirándome, soplo su pedazo y lo tomo para después meterlo a su boca y empezar a comer.
Sonreí levemente y tomé mí pedazo.
Mientras saboreaba pizza una sonrisa sobresalía de su bello rostro, está era una sonrisa real.
