Era una mañana como cualquier otra, con el cielo nublado por las esponjosa nubes grisáceas que ocultaban al sol.
Como cada mañana, cierta pareja despertaba entre una revoltura de sábanas gruesas y extremidades tibias, buscando el calor del otro para aliviar el frío que azotaba a la bella ciudad en esta época.
"Era un 4 de Octubre, si la memoria no me falla."
El frío empezaba a colarse por la ciudad, advirtiendo como un susurro silencioso la próxima llegada del invierno, y con ello, la navidad.
Unos ojos verdosos comenzaban a despertar, encontrando como primer imagen del día a unas mejillas sonrojadas, con pequeñas pecas esparcidas como estrellas.
28, recordó. Las había contado el mismo, cada día, desde hace más de 5 años.
Podía reconocer y señalar dónde se encontraba cada una de ellas, teniendo grabada cada pequeña marca que tenía el amor se su vida, incluso con los ojos cerrados.Se aproximó y besó primero su frente, continuó bajando besando también sus párpados y su bonita nariz.
Repitió la acción en cada mejilla, quedándose ahí unos segundos másCurando llegó a sus labios, los beso con cariño, sintiendo como se dibujaba una pequeña sonrisa debajo de su boca.
Susurro despacio sobre los mismos
"Buenos días mi bello sol"
El ojiazul abrió un poco sus ojos, contemplando por unos segundos al precioso hombre que estaba frente a él.
"Buen día mi amor, hoy te ves tan hermoso como cada mañana"
Dicho eso, escondió su cabeza en el cuello del rizado, aspirando su olor y sintiéndose tan cálido entre los brazos de su amante.Se acurrucaron un rato más, entre dulces besos y caricias delicadas.
Cálidas y cariñosas mañanas eran tan comunes como el mismo respirar.
Se sentían tan dichosos cada mañana, cada tarde y cada noche teniendo a su par entre sus brazos, solo compartiendo todo aquel amor que podían expresar con un beso o una caricia tierna."En ese entonces llevabamos 5 años de matrimonio, casi 7 de conocernos, y hasta el momento no teníamos pensado extender nuestra familia
Aunque eso pronto cambiaría."Aún era temprano en la mañana, con el silencio alrededor de los amantes, cuando un sonido que Harry conocía muy bien se haría presente.
El estómago de Louis rugio."Mi bello amor, tienes hambre. Te prepararé un rico desayuno mientras tu sigues durmiendo, ¿esta bien?"
"Oh cariño, no es necesario que prepares nada, mejor quedate conmigo en la cama un rato más.
Sabes que me encanta dormir contigo hasta tarde los sábados"Harry acariciaba con ternura el estómago de Louis, sintiendo el movimiento de su pancita bajo su mano.
"Te conozco lo suficiente para saber que dentro de algunas horas te pondrás gruñón por no haber desayunado Lou"
Este hizo un adorable puchero, sabiendo que su esposo tenía razón.
"Mira, te propongo algo" hablo el rizado acariciandole el cabello y dejando un pequeño besito sobre sus labios "yo voy a la cafetería de la ciudad por esos ricos pastelitos de almendra que se que te encantan y un par de cafés, mientras tu mantienes cálidas estas sábanas en lo que regreso. No tardaré amor"
Harry quería concentir a su bello esposo, esta semana había sido especialmente dura en el trabajo.
"Esta bien mi amor, solo porque estoy seguro que me amarrarias a la cama si digo que no"
"Se me ocurren otras situaciones en las que podría amarrarte a esta cama precioso"
Rieron en conjunto y se dieron un último beso antes de que Louis volviera a dormir.
🌼________🌼
Harry mentiría si dijera que no se encontraba un poco triste.
La cafetería en la que habitualmente compraban estaba cerrada, y el tenía ganas de llorar porque no podría consentir a su esposo.
Lastimosamente era el único lugar que conocía en Hampstead donde vendian el postre favorito de Louis.
Rápidamente sacó su teléfono, tratando de encontrar algún otro local donde pudiera encontrar aquellos pasteles, ya que estaba seguro de que se los llevaría a casa, fuera como fuera.Tardó poco en encontrar otra cafetería.
"Así que Brixton he" pensó.
Quedaba cerca, exactamente 25 minutos según su teléfono.
Así que sin meditarlo más, se dirigió hacia el lugar indicado."Quién diría que una cafetería cerrada y unos pasteles de almendra cambiarían tanto nuestra vida"
...
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Querida Catherine
Teen FictionPor cuestiones del destino Harry, al querer comprar unos deliciosos pastelitos para su esposo Louis, se dirige al otro lado de la ciudad en donde encuentra a una adorable niña de ojos color sol completamente sola, asustada y hambrienta, pero con un...