Between the star

Gimoteo

Desde que pudieron sacar el objeto extraño del cráter, Lena no pudo quedarse quieta y estuvo tratando de abrir aquel artefacto, si la ojiverde no lo hubiera visto con sus propios ojos, jamás hubiera creído que algo así existiera y como científica ella necesitaba hechos para creer.

Con ayuda de los trabajadores pasaron un buen tiempo intentando abrir aquel artefacto, usaban diferentes herramientas para romper el metal, aunque sabía que aquello era un material que no existía en la tierra y parecía muy resistente.

Lex había llegado en su helicóptero luego de unas horas y estaba fascinado con todo este asunto, no paraba de recalcar un "te dije que existían, no estaba loco cuando te propuse mi teoría", parecía un niño en una juguetería, presumiendo por sus alardeos

Ya los otros trabajadores se sentían agotados, por lo que tomaron descanso en la fría tierra sin dejar de ver aquel objeto. Lena rodeaba fascinada, la nave, a pesar de las advertencias de Lex quien le recalcó que tuviera cuidado y en tono de advertencia se lo repetía constantemente. La ojiverde con curiosidad palpaba con la yema de sus dedos la superficie del objeto, su mente era como un pizarrón que en estos momentos trabajaba para tratar de descubrir toda esta anomalía.

"¡Ay!" gritó con sorpresa mezclado de dolor, había tocado un punto en específico y de la lisa superficie había salido un aguijón grande metálico, hincando su dedo y haciendo que este sangrara, sangre que fue succionada por aquella nave. Con sorpresa retrocedió llevándose su dedo a la boca para apaciguar el dolor.

"Lena..." Lex caminaba con rapidez hacia su hermana "te dije que tuvieras cuidado" reprendió entre el enojo y preocupación.

"Calma que solo fue un pinchazo" realmente la ojiverde no le dio importancia, aunque tenía su ceño fruncido por lo ocurrido. Lex iba a seguir regañando a su hermana hasta que un pitido fuerte interrumpió la interacción.

Todos se levantaron con rapidez, asustado por lo que estaba ocurriendo, mirando estáticos como el artefacto comenzaba a encenderse emitiendo luces neones y de este un humo blanquecino esparcía alrededor. Lex atrajo con su brazo a Lena en modo de protección y con su mano vacía tapaba su rostro para protegerse del humo con miedo a que sea tóxico.

De pronto el objeto cesó con el ruido y el humo, haciendo que el lugar quedara en absoluto silencio. Todos se miraban entre sí apenas respirando como si sus instintos supieran que algo está por suceder.

"DHUGH" (Acceso concedido) una voz robótica rompió aquella tención y la superficie antes lisa del artefacto espacial, ahora presentaba algunas fracturas que se agrandaban hasta dar paso a una cavidad que se permitía ver dentro del objeto

"Lex, dime que esto es real" su voz no ocultaba asombro, Lena aun en brazos de su hermano trataba de mirar a través de aquella abertura, aunque por la distancia no lograba visualizar bien. Sin embargo, su mirada captó algo por lo que se removió hasta liberarse de los brazos del mayor y correr hacia el artefacto.

"¡Lena! ¡LENA!" Gritaba irritado el calvo quien iba detrás de la ojiverde "Ven aquí mujer testaruda" no pudo avanzar mucho ya que cuando se quiso adentrar hacia la nave, a los costados de la nave salieron unas protuberancias similares a cañones. Con miedo retrocedió observando con frustración a su hermana entró sin problemas en el interior del artefacto.

Parecía una eternidad, aunque solo pasaron unos cuantos minutos, hasta que escuchó jadeos sorprendidos de sus trabajadores, alzó su mirada hacia al frente y su boca se abrió por el impacto de ver salir a su hermana caminando hacia la salida de aquella nave con un pequeño cuerpo que se aferraba en sus brazos. "carajo..." exclamó desairado el calvo incrédulo, no podía para de sorprenderse.

Lena agarró con fuerza aquel pequeño cuerpo, susurrando y palmeando su pequeña espalda para poder calmar el gimoteo de la pequeña, el pequeño ser hablaba cosas que la ojiverde no entendía, peo a pesar de eso, se aferraba a ella.

Cuando los ojos de Lex se cruzaron con su hermana, está solo le dedicó una gran sonrisa, así que el hombre solo movió la cabeza en acuerdo silencioso, resignándose a su impulsiva hermana.