Mientras el Jin original se encaminaba hacía su último mundo, algo interesante estaba pasando con su clon.
...
En un basto prado, yacía un gran árbol con manzanas en medio de este. No había nada, solo hierba y el gran árbol.
Debajo de él, en su sombra, se encontraba Jin descansando; sintiendo la suave brisa y el puro aire que respira, aunque esto último no es necesario para él, pero le gusta hacerlo ya que está acostumbrado.
'Los años aquí pasaron muy rápidos' —Pensó con los ojos cerrados y una sonrisa.
No estaba seguro cuantos años habían pasado, pero fueron lo suficientemente para que ya aparecieran otros Dioses junto a sus Panteones. No hace falta decir que saben la identidad de Jin, y no lo han molestado. Incluso nuevas civilización se están alzando. Los Uzumakis aún siguen con vida pero también algunos partieron, como es el caso de su viejo amigo Ashina Uzumaki.
No se preocupada de Mito, Tsunade y Kushina, ya que les dio una inmortalidad longeva, básicamente no pueden morir por edad, pero si por asesinato o otro medio.
Sus más recientes hijos, los bijuu tuvieron descendientes y nuevas razas Yokai han salido. Aunque siguen vivos, son visto como los 9 ancestros Yokai, algo gracioso para el al recordar la cara de indignación que tenía Kurama, alegando que no necesitaban a los otros 8, sino que el solo puede tener ese título ya que es el más fuerte. Una que otra paliza y Kurama aceptó a regañadientes.
Mientras se perdía en sus pensamientos, notó como una presencia se colocó al frente de él. Abrió un ojo y miró a una mujer pelirroja con ojos dorados.
Un silencio incómodo surgió en lo que sería en la perspectiva de una persona normal, pero a ninguno le importó, ya que no había incomodidad, sino curiosidad.
Sin decir ninguna palabra, la mujer se sentó a su lado y habló. —"Entonces... ¿Que hace alguien como tú, aquí?"
...
La conversación no tuvo ningún rumbo fijo, solo hablaban. La mujer sólo quería salir a despejar la mente debido a una discusión que tuvo con su padre en el cielo, todo mientras ocultaba sus rasgos angelicales. No era la primera vez que bajaba a la Tierra, pero si era su primera vez yendo como mujer, siempre tenía su aspecto masculino en el cielo, ya que nació así. En realidad, los ángeles no tienen género, solo toman el que sienten que les queda mejor. En este caso, el masculino le queda pero decidió bajar con el género de una mujer ya que, con el surgimiento de civilización y pueblos, necesitan muchos descendientes para llenar a la población rápidamente.
Y ya que la búsqueda de los hombres por mujeres, están en su apogeo, lo intentó.
No quería tener sexo, solo quería hablar con humanos para desahogarse. Con ese plan, bajó pero para su sorpresa, sintió que alguien estaba en el jardín de su padre, o mejor dicho el jardín del edén. Algo que, aunque no fue creado por su padre, lo reclamó como suyo.Se dirigió hacía esa dirección para ver quien se atrevía invadir el jardín y su sorpresa aumentó al ver al ser que todos conocen como el padre de todos los Dioses. Ella no dudaba pues, su básicamente abuelo era hijo de la persona que estaba sentada debajo del único árbol. Su abuelo es tan poderoso, que no puede medir su poder, sólo siente como el aire se distorsiona a su alrededor sin siquiera usar su poder, sólo su mera presencia. Es consciente de que su abuelo no es el más fuerte de todos sus hermanos, por lo que, sin duda alguna, la persona frente a él/ella puede acabar con todo en menos de un parpadeo.
Aunque no lo mostraba por su mirada de estoicismo, estaba profundamente nerviosa. Para mantener su fachada de confianza, se sentó a su lado y preguntó, lo que dio el inicio de una conversación.
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La Ascensión del Mortal más Fuerte
FanfictionJin, un joven de 17 años que solo busca algo de diversión junto a una buena adrenalina en su vida. Muere de manera estúpida causando sin saberlo, el interés y una carcajada del Dios que una vez creo todo. Permitiéndole a Jin entrar en el ciclo de la...