16|Situaciones difíciles

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La pelinegra logró convencer a Sun-oh para no hacer sonar sus alarmas por un tiempo, no porque no quisiera si no porque no podía, Hye-jin tuvo que contarle a su mejor amiga lo que había hecho y ella se ofreció en ayudarla.

Pero cada vez se ponía más difícil y Sun-oh insistía más en sonar las alarmas.

Hye-jin quería que su relación durará una eternidad, pero el momento y las personas no ayudaban. La señora Hwang le dejaba todo el tiempo notas en las que le advertía que Sun-oh tendría que irse pronto de corea si no lo terminaba.

El escudo era algo que le ayudaba a Hye-jin como prueba para decir que ya no está enamorada de él, pero necesitaba una explicación para Sun-oh no contradiga.

Desde la azotea todo se miraba tranquilo, algunos alumnos jugaban fútbol y otros paseaban por el lugar, todo era opuesto a lo que estaba ocurriendo en la azotea, todo se sentía tenso e incómodo, como si fuera una pesadilla que Sun-oh jamás quiso tener.

—Dímelo otra vez. —Pide Sun-oh con la voz ahogada, a la pelinegra se le hundió el corazón.

—Es el último año, tengo que pensar en el futuro. —Responde Hye-jin sin verlo

—¿Estas terminando conmigo? —Un pregunta que dolía igual que una daga en el corazón.

—Estoy cansada de escuchar a los demás hablar de mi y de nosotros, eso cambió lo que siento por ti. Prefiero terminar.

—Hace menos de una semana me dijiste que me amabas, ¿Cómo puede cambiar lo que sientes de repente?

—Lo se, pero es lo que siento. —Hye-jin comenzó a sentir sus ojos picar.

—Tiene que haber una razón y tu no la estás diciendo.

—Ya te di mi razón, no hay razones ocultas.

—Si claro, mírame a los ojos y dime que sientes por mí. —Sus esperanzas comenzaban a desaparecer de a poco.

Tardo un poco pero alzo su mirada, Sun-oh aun conservaba ese brillo en los ojos que a la pelinegra le gusta, pero había algo más en esos ojos, había desesperación y tristeza, al igual que impotencia y enojo.

—Ya no siento nada por ti, mis sentimientos desaparecieron desde Jeju. —Dijo Hye-jin cuidando que su voz no temblara tanto.

—Mientes, te conozco y sé cuando estás mintiendo. —Dice Hwang mientras toma la mano de la pelinegra.

Ese mínimo contacto hizo que Hye-jin se arrepintiera de lo que estaba haciendo y por un momento pensó en irse a los Estados Unidos con Sun-oh, entendió que si no quería arruinarlo todo tenía que ser más dura.

Quito la mano de Sun-oh con molestia haciendo que el sufriera las consecuencias.

—¡Solo acéptalo!, —Exclamó en un intento de verse dura y enojada—. No pienses en insistir por que no te gustaran las consecuencias.

Se dio la vuelta y lo dejó ahí, se fue a su salón para poder platicar con Chaer-yeong y así distraerse un poco pero fue inútil, incluso cuando el profesor la regaño por no prestar atención ella seguía pensando en lo que ocurrió en la azotea.

No quería ni ir a la cafetería cuando el timbre del receso sonó, ella quería meterse debajo de una piedra y ya no salir de ahí. Conocía la terquedad de Sun-oh, a él no le importaba que hubiera demasiadas personas en la mesa, el igual iría por alguna repuesta coherente.

Dejó caer su plato de comida enfrente de Hye-jin, en la cafetería las voces fueron apagando hasta terminar en susurros y luego estaban las miradas incómodas, la pelinegra miró a sus alrededores y luego lo miró a él.

𝘕𝘖𝘛 𝘚𝘏𝘠; 𝘏𝘸𝘢𝘯𝘨 𝘴𝘶𝘯-𝘰𝘩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora