"Mejor amiga"

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La injusticia era demasiada. Tanta que ésta me dominaba. Un corazón roto no era un tema obsoleto y merecía ser defendido apropiadamente. Aunque algunas personas no le dieran la importancia necesaria. Después de todo, somos "demasiado jóvenes para sufrir por el amor". Pero verla a ella derramando calientes lágrimas por sus mejillas, me llenó de impotencia.

Corrí en la búsqueda de él, pensando que no había otra opción. Claro que la había, y no sólo una. Pero en ese momento sentí que nadie haría nada. "Veremos qué podemos hacer al respecto" eran vacías palabras de los adultos para aplazar los inmaduros problemas y centrarse en su trabajo. Así pasaba todo con discreción. 

Pero para que se lo tomaran en serio tenía que haber un espectáculo. Una bomba que echara a correr los rumores entre los estudiantes y moviera a la directiva. Así obtendría justicia.

Corría por los mismos pasillos una y otra vez con la palma preparada para la acción. Sabía lo que iba a hacer. Sabía lo que le iba a decir. Pero no lo encontraba por ninguna parte. 

Quedaba todavía un lugar que aun no había revisado.

 Mientras subía por las escaleras a toda velocidad, me preguntaba si de verdad se atrevería a llevar a otra muchacha al sitio más romántico del liceo, después de haberle jurado amor absoluto a la chica que no dejaba de ahogarse en llanto. 

Al llegar lo vi. Entre la muchedumbre sonriéndole a la persona que llevaba toda la traición cargada en la espalda. 

Era el escenario perfecto. Todos lo verían. Corrí hacia ellos y con fuerza azoté mi palma contra su insoportable rostro. Su acompañante soltó un alarido, mientras él un bramido.

La boca se me secó, y mi mente quedó en blanco. Nos rodeaba un molesto silencio por parte de la audiencia. Él me miraba como si mi acción fuera inefable. Me molestaba que siguiera fingiendo no saber. 

Lo sujeté por los hombros, mientras le gritaba todo el odio que le tenía acumulado. No entendía porqué no se defendía. Lo aparté con asco, y me volteé hacia la chica. 

Ella me miraba con la tez más pálida de lo habitual. Con los ojos llenos de ira le miré a los suyos que ya estaban fijos en los míos. Era la batalla de miradas más tensa que jamás había experimentado. Luego, con la poca y ronca voz que me quedaba, vi como algo se quebraba en ella cuando le dije:

-De él ya me lo esperaba, pero de ti... no. 


~basado en hechos reales~


Este es el primer cuento que escribí en mi taller, espero les guste :)

Un Latte de cuentos sin azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora