02

4.2K 473 371
                                    

Vegetta acarició su cien, la fresca brisa mañanera golpeó su torso descubierto, la chaqueta blanca sobre sus hombros se ondeo suavemente; pese a estar arreglado en la parte superior del cuerpo, seguía enfundado en su pantalón de pillama morado con...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vegetta acarició su cien, la fresca brisa mañanera golpeó su torso descubierto, la chaqueta blanca sobre sus hombros se ondeo suavemente; pese a estar arreglado en la parte superior del cuerpo, seguía enfundado en su pantalón de pillama morado con círculos lilas, y sus pantuflas de color blanco calentaban sus pies, se dedicó a observar con decepción a sus amigos. Su punto de vista era de dentro a fuera a través de un fuerte cristal, nadie más que él conocía su vista panorámica en esos momentos; mejor así, algunas miradas era mejor no enterarse que las recibías. Finalmente se resigno a pensar correctamente todo, yacía allí analizando que hacer en esta situación tan complicada; y aún no podía hallar una solución viable, era demasiado temprano para pensar correctamente sin haber bebido su té mañanero.

Al final concluyó que Rubius no pudo soportar la presión de un secreto, y durante su exploración con Alexby y Staxx (o quizás con otras personas, en realidad eso era el dato más irrelevante del caso) acabó por difundir la llegada de Quackity a su casa. No intentaría culpar a Merlon, ya que él siempre era respetuoso; que escuchara los chismes no implicaba que los difundiera, y más allá de ellos, (y los pocos habitantes del pueblo que estaban fuera de sus casas esa noche) nadie conocía a Quackity, y mucho menos su paradero oficial en el pueblo. Así que sin remedio, tuvo que afrontar la dura realidad; a Rubius no le importó ni un poco la conversación que sostuvieron juntos, y su postura de esperar a que Quackity decidiera cuando se sentía lo suficientemente cómodo como para conocer al resto de héroes. Aún así, Vegetta entendió a Rubius, seguramente se hallaba emocionado por una futura posible adición al grupo y quería darlo a conocer, fue un gesto dulce y mal ejecutado.

—¡Ay, no! Ahora son nueve, ¿Se reproducen o que?— Quackity lucía exasperado, Vegetta se debatió entre permitirle a Quackity beber uno de sus tés relajantes y dejar a los escandalosos de sus amigos esperar a fuera, o permitir que se conocieran y luego forzarlos a relajarse para que pudieran desayunar en tranquilidad. —o-oh, y que linda tu ropa... ¡Estas bien fuerte! Tú si hubieras podido chingarte al oso del bosque solito.

Vegetta acarició su nuca con nerviosismo, realmente había olvidado que Quackity no conocía su vestimenta habitual; cuando lo encontró y durante su estadía había estado utilizando una camiseta negra con cuello de tortuga sin mangas, y una chaqueta común por encima, bien, no era gran problema, lo único extraño es que estaba acostumbrado a que todos conocieran su cuerpo y por la costumbre los halagos habían disminuido gradualmente, no le incómodo, pero pensó en como reaccionaria con Alexby, quién utilizaba aún menos ropa que él.

—gracias Quackity por el halago, la ropa es bastante linda, ¿No crees?.

pss, pero claro que si, te queda tan bien que hasta ganas me dan de tener ropa así; ¿Donde la conseguiste? Esta y la camiseta que usaste en el bosque, es que si estan bien lindas. — por un segundo, Quackity observó su cuerpo por encima de su holgada chaqueta, por el costado y debajo de la hoja de papel, Vegetta pudo discernir como su labio inferior tembló; algo amargo lleno su boca. —nah, mejor déjalo así, no creo que me vaya a quedar bien, nada lo hace del todo.

Vegetta el protector| [Luckity+ Vegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora