Ya No Hay Vuelta Atrás (One-Shot)

Capítulo Unico

Elle estaba parado en medio de aquel cuarto de hotel, mirando fijamente su reflejo en el espejo. Era una noche lluviosa, el sol no había salido en todo el día, y apenas anocheció la lluvia no se hizo esperar. El olor de la habitación era raro, una combinación de dulce, café y humedad, lo último no era algo realmente agradable para Elle.

Elle se vio en el espejo, no se reconocía, ya no llevaba puesta aquella camiseta blanca con los jeans azules holgados de siempre, ahora llevaba puesto una camisa negra de botones también negros, perfectamente arreglada y planchada, unos jeans azul marino, que si bien no eran tan holgados como el que él siempre llevaba, tampoco eran muy ajustados, y también, llevaba puestos unos zapatos negros, los cuales a Elle se le hacían terriblemente incómodos. Elle no despegó la vista del espejo, se quedó analizando como se veía ahora, no le gustaba, se sentía incómodo con esa ropa, la camisa hacia que se sienta ahorcado, lo jeans le apretaban (aunque realmente no eran tan ajustados, sino que Elle no estaba acostumbrado a usarlos), y los zapatos le incomodaban, al punto de hacerle doler un poco los pies.

Por un momento Elle se dijo a si mismo "que se valla a la mierda", pero luego recordó las palabras que escucho decir a Light unos días antes.

«Por favor Ryuk, L es horrible de ver a simple vista. No sólo por su extraña e incómoda forma de actuar, si no que también por su horrible apariencia; su cabello tan desordenado, la forma tan simple y tonta que tiene de vestirse [...], además de que siempre está encorvado… es un asco»

Las palabras que el castaño había dicho en aquella conversación que había tenido con el shinigami anteriormente, resonaron en la mente de Elle como si nuevamente las estuviera escuchando salir de la boca de Light.

Elle se encogió de hombros al recordar la parte en la que Light hablaba sobre su cabello, nuevamente se miró al espejo, está vez fijándose en su cabellera azabache, la cual seguía igual que siempre, ya que aunque le avergonzara no había podido hacer nada como para acomodarla. Era un echo que Elle no sabía nada sobre cómo cuidar su apariencia, ya que jamás le había parecido algo importante, además de que siempre había tenido a Watari para que haga ese tipo de cosas por él, pero ahora Watari ya no estaba y tenía que hacerse cargo de eso por el mismo.

Nuevamente intento peinarse con sus manos el cabello, pero solamente consiguió ordenar algunos pocos mechones de pelo, se rindió y decidió dejarlo de esa manera. Nuevamente se miro al espejo, no le gustaba como se veía, ya no se reconocía a si mismo, el del reflejo no era él, sino que era el que Light quería que fuera, pero estaba bien ¿no? Mientras le gustase a Light Elle no tenía problema en cambiar quien él era.

«Si es por Light... Esto está bien, yo por el cambiaría cualquier cosa, no importa que sea, porque lo amo...»

La anterior vestimenta de Elle estaba tirada sobre la cama matrimonial que este tenía en su habitación, Elle la miró con desagrado, si bien era algo que le encantaba usar debido a la comodidad que esa ropa le proporcionaba, ahora usarlo le avergonzaba, ya que parece que a Light le desagradaba por completo.

Elle volvió a mirarse al espejo, no podía despegar la mirada de ahí, no importa cuántas veces lo viera, aún seguía impresionado por como se veía.

Soltó un suspiro bastante largo.

– Light, yo... - empezó a decir, desde hace tiempo que estaba practicando su confesión, sin embargo nada le salía – yo... yo... - continuo balbuceando, sin saber exactamente qué quería decir.

Optó por dejar eso de la confesión para otro momento, ya que sabía que no le saldría nada bien con eso.
Empezó a caminar por el departamento, el cual era tan sólo de tres ambientes, aún acostumbrándose a sus nuevos zapatos, los cuales seguían apretándole un poco los pies.