strawberry kisses || byler

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Le incomodaba usar camisa, detestaba como le quedaba y el elástico de la corbata estaba a nada de ahorcarlo. Prefería usar alguna otra cosa con lo que se sintiera cómodo. De todas formas odiaba como se veía cualquier prenda en él, tampoco nunca se molestó alguna vez en fijarse en la vestimenta de los demás o en como les quedaba.

Hasta ese día.

Caminaba con él en completo silencio, no tenía idea de a donde se dirigían. Solamente estaba concentrado en seguirle el paso al niño castaño que lo  acompañaba, creía estar loco como para seguirlo cuando ni siquiera sabía a donde iban.

Sus pasos eran lentos y tranquilos, soltaba largos suspiros que llamaban su atención. Él actuaba como si no tuviera que preocuparse por nada en la vida, mientras sus castaños cabellos revoloteaban a causa del viento, los árboles parecían bailar al compás de una sencilla balada romántica. Las hojas de los árboles estaban empezando a crecer gracias a la llegada de su estación.

Cuando se detuvó, volteó a mirarlo con una media sonrisa angelical en su rostro. Notó el distintivo avellana que resaltaba en sus ojos junto con las pestañas del mismo color que su cabello se movían en cada parpadear. Con ambas manos agarraba las tiras de su mochila amarilla, la cual tenía algunos llaveros del mismo color enganchados a esta.

Quizá tenía alguna obsesión con ese color.

En el momento que lo vió contemplar la inmensa agua cristalina que provenía del lago, se dió un tiempo para admirarlo otra vez. La clara camisa amarilla a cuadros no tenía ni una sola arruga y esa pequeña corbata, estaba en su respectivo lugar.

Para sí mismo admitió que todo le quedaba más que perfecto, esa palabra definitivamente no alcanzaba para describirlo y tampoco lo diría en voz alta.

Para su sorpresa, divisó como extendía su mano hacia él transmitiéndole confianza.

"Will, ¿A dónde vamos?"

Recibió como respuesta una sonrisa de boca cerrada por parte del castaño, inclinó la cabeza hacía un lado encogiéndose de hombros.

"Mike, ¿Puedes dejarme a mí decidir esta vez? Ya lo sabrás"

Por alguna extraña razón, Mike no volvió a preguntar sobre ello. No protestó ante lo que había dicho, por más que no sabía cual era su destino evitaría molestarlo con sus cuestiones.

"¿Ves eso?"

Will volvió a decir llamando su atención, sus ojos se posaron en el cielo. Contempló que el sol estaba escondiéndose en el horizonte, los colores variaban entre sí mezclándose libremente como si estuvieran siendo pintados de forma desordenada pero pacífica. Blancas nubes acompañaban esa bella obra de arte que a simple vista parecía un escenario precioso.

"Es hermoso"

"Lo es, ¿No es así?" Dijo "Sabías que, ¿La vida es como un atardecer?"

"No entiendo"

Will suspiró.

"Nadie puede no ver un atardecer y soñar con vivir algo increíble. La vida es igual que este mismo, porque a lo largo de ella soñamos con cumplir nuestros más íntimos deseos"

Mike sonrió ante sus palabras.

"En el atardecer de la vida, encontraremos el camino para descubrir quienes somos en realidad. Solo es cuestión de ser valientes para encontrar nuestro lugar en el mundo"

Miró fijamente el perfil del castaño ante sus sabias palabras, se dió cuenta de que todo este tiempo había estado caminando sobre una cuerda floja tratando de no perder el equilibrio, no había perdido nada, pero sentía en lo más profundo de su alma que algo le faltaba.

Un millón de pensamientos inundaron su cabeza, a lo largo de su existencia se cuestionó que debería seguir para encontrar a donde pertenecía, no lograba encontrar las señales en frente suyo que le ayudaría a encontrar su lugar en el mundo. Ahora mismo no tenía idea de lo que estaba sintiendo, si tan solo existiera un rayo de esperanza que lo guiara hasta encontrar el camino hacía quien debía ser.

Cuando la mirada de Will se posó en la suya, sintió una corriente de paz esparcirse por todo su cuerpo de una manera increíble. No estaba seguro de lo que su corazón quería decirle en ese momento, pero estaba dispuesto a averiguarlo.

Al parecer estaba enloqueciendo gracias a sus palabras, ¿Qué clase de magia era esta? Él parecía ser un ángel que se cruzó en su camino un bendito día de suerte y sin querer le devolvió al sonrisa, sin saber que aquella pequeña muestra de afecto desencadenaría el inicio de una maravillosa aventura o quizá un interesante desastre.