2. ☾ ⋆ cachorro

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Había huido.

No sabía muy bien cómo lo había logrado, pero había huido.

No podía regresar, tampoco quería.

Pero los hombres tras él no lo iban a dejar escapar.

Corría rápidamente, con sus patas sin hacer ruido en la oscuridad.

Él era rápido, lo sabía, y más astuto de lo que la gente pensaba.

Porque, ¿Qué se puede esperar de un joven omega que nunca tuvo que hacer nada en su vida?

A pesar de eso, Kim Taehyung no era la inútil que todos veían.

Para hacerce un idea de lo que el chico
podía pensar, había logrado liberarse en
el barrio pesquero de la ciudad, el olor a
mar y a sus animales iban a distraer a sus guardias.

Por otro lado, se había puesto perfume
con la escusa de 'estar presentable' para
otro de sus pretendientes.

Y por último, se revolcaba en la basura
del barrio para disimular aún más su olor.

Su aroma, tan dulce, muchas veces
comparado al de una manzana
acaramelada, era demasiado distintivo, y su peor enemigo en la huida.

Pero a pesar de eso, corría, libre.

Siguiendo a su corazón, agitado en su
pecho, podía sentir la presencia que tanto la atraía desde hacía tiempo.

Según él (y respaldado por su abuelita), su alma predestinada.

A pesar de que la sentía lejana, nunca
había estado tan cerca, así que, casi
probando suerte, intentó llamarla.

El llanto vino desde su corazón, pero
no salió por su hocico, se mantuvo en
su interior, con la esperanza de que sea
escuchado.

De pronto sintió la cercanía con su
predestinado aumentar, cada vez más.

A pesar de que no conocía esas calles
sabía hacia dónde ir.

Siguió llorando en su interior para que su otro lobo lo encontrara.

Escuchar las voces de sus guardias sólo la asustó más, y por un momento temió que lo hubieran encontrado, pero los hombres siguieron por otro lado, él los vió pasar, escondido tras unas bolsas de basura apestosas.

La presencia de la otra persona fue lo que le dió tranquilidad, lloró una vez más por quien se encontraba a unos metros de él.

Tae escuchó los pasos acercarse.

De nuevo, Yoongi tomó la bolsa de basura, sin nadie esta vez para despertarlo, la corrió bruscamente, con su lobo interno despierto y arañando por proteger a su algo.

Vió con confusión la bola de pelos que
se escondía tras la basura, de un pelaje
blanco sucio, un cachorro canino alzó la
vista hacia el.

Los ojos, de un cálido marrón, hicieron a
Yoongi querer protegerlo ante toda costa.

Sin pensarlo, tomando al animal en
brazos, acarició bajo el mentón a la
criatura.

Al verlo temblar, abrió su saco y lo acunó dentro de este.

En el camino notó el collar que rodeaba el cuello del pequeño, pero no llegó a leer la placa en la oscuridad.

Durante el camino, Yoongi notó el olor del animal, a pesar del hedor de la suciedad y la basura que lo cubría.

Era dulcemente agradable, como su
dulce favorito de niño, como una linda
tarde en el parque, comiendo manzanas
acarameladas con su familia.

Llegando al complejo donde vivía, entró
rápidamente, mirando hacia todos los
ángulos por si alguien lo veía, ya que en el lugar no de permitían animales.

Delta ✭ Yoontae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora