dolor.

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día tras día, siempre lo mismo.

sentirse solo ya comenzaba a ser parte de su rutina habitual.

odiaba sentirse así.

antes, estar solo para él era algo normal, pero, ya no.

en poco tiempo se había acostumbrado a la empalagosa presencia de chan, mas últimamente no conseguía pasar más de unos pocos minutos a su lado.

"changbin me pidió ayuda en esto..." "debo ir a casa de changbin", "quedé con changbin".

dios, trataba de no hacerlo, realmente no quería pensar mal, pero no podía hacerlo.

se sentía reemplazado, de cierta manera. christopher había dejado de pasar su tiempo con él y se estaba concentrando en otra persona.

¿cuántas veces ya su novio se había quedado a pasar la noche en casa de seo?

él... le dijo que no era como todos lo veían... chan no era el tipo de chico que engañaría a su pareja, ¿verdad?

él dijo que lo amaba.

y quería creer en eso.

comenzaba a odiarse al notar cómo un viejo hábito suyo volvía; compararse con los demás.

tal vez, chris pasaba más tiempo con changbin porque era más divertido, porque su alta cantidad de expresiones lo volvían alguien aún más atractivo.

porque aquellas pomposas mejillas que resaltaban en su rostro cuando sonreía, le hacía ver como una persona tierna y amistosa. no como él, que sólo conseguía miradas desaprobatorias.

tal como los últimos días, volvió solo a casa.

ese día había ido a la biblioteca y se quedó hasta más tarde que de costumbre.

viendo la hora, decidió irse caminando, el último autobús habría pasado hace unos minutos y no tenía a quién llamar para que pasara por él.

sus pasos eran apresurados, estar en las calles en la noche no era una gran idea.

y sólo terminó confirmándolo cuando sintió unas pisadas atrás de él.

continuó su camino mientras escaneaba el lugar con la mirada.

vacío.

¿cómo es que siempre en ese tipo de situaciones no había nadie cerca?

aceleró su caminar, pero supo que no fue suficiente cuando una mano lo detuvo, no alcanzó a voltear cuando ya se encontraba tendido en el suelo.

sus manos ardían, producto de los raspones que había conseguido al tratar de disminuir el impacto.

一 mira a quién tenemos aquí.

no logró reconocer su voz y tampoco conseguía levantarse.

一 pero si es el idiota que volvió marica a chan.

diablos, no era uno solo.

haciendo uso de su poca fuerza, trató de levantarse más una patada a su costado se lo impidió.

sintió cómo fue volteado con rudeza y trató de enfocar su vista en los rostros ajenos.

tiene que ser una broma, frente a él pudo reconocer a los "amigos" de su novio.

bang ya había tomado la decisión de distanciarse de ellos, ¿por qué lo atacaban, entonces?

一 ¿qué me ves? 一 habló uno de ellos. su brazo se vió inmovilizado, el pie del más alto ejercía presión en éste, logrando arrancarle un alarido de dolor.

一 ¿te duele? es lo que te mereces. 一 otra patada fue depositada a la altura de su cadera, mientras escuchaba las risas ajenas.

一 en el mundo no hay lugar para personas como tú, eres un anormal y corrompiste a nuestro amigo. 一 otro golpe, seguido de otro más. trataba de ahogar sus jadeos, no quería demostrar su debilidad ante ellos.

su cabello fue jalado, haciéndolo levantar la vista.

一 piénsalo dos veces antes de ir a moverle el culo a alguien. 一 un último golpe fue dejado en su mejilla, su cabeza revotó levemente en la acera, un mareo haciéndose presente.

al volver a abrir sus ojos, se encontró solo, tal como siempre lo estaba.

a duras penas logró levantarse, tras muchos intentos.

no faltaba mucho para llegar a casa, sólo unos cuantos metros más, su caminata era inestable, sintiéndose vulnerable.

chan... chan...

te necesito.

no lo dudó dos veces antes de dirigirse al apartamento de su novio, necesitaba atención, no quería estar solo.

pasaron unos cuantos minutos, hasta que pudo ver la puerta que anhelaba ver, más no esperaba lo que pasó a continuación.

changbin se despedía alegremente de su novio. era tardísimo, ¿qué hacía allí?

mentiría si dijera que no sintió su corazón doler al ver cómo se fundían en un cariñoso abrazo, y peor aún, cuando notó sobre los hombros del más alto aquella prenda rosa que tanto le encantaba a chris.

con pequeños pasos retrocedió, debía llegar a casa antes de que se sintiera peor.

así que era eso.

mientras yo sufría, tú estabas con él.

un nudo se formó en su garganta, el dolor en su cuerpo pasando segundo plano.

su respiración se alteró y sus mejillas se vieron humedecidas.

¿conoces esa extraña sensación?

todo en él dolía, sin embargo no podía parar de pensar en que necesitaba a su novio.

odiaba eso.

el estar dañado, y la única persona que pudiera apaciguar su dolor, es aquella que provocó la herida.

no resistió más y lo hizo.

necesito que vengas.

ahora.

𝗰𝗼𝗹𝗱,  𝖻𝖺𝗇𝗀𝗂𝗇𝗁𝗈. ( adaptación )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora