一 ¿y qué se supone que debemos hacer? 一 un changbin aburrido veía cómo los dos chicos daban vueltas y vueltas en la sala. ¿que a caso querían hacerle un agujero al piso? si seguían así, era probable que lo lograran.
一 ¿sólo ir? ¿dejarlos plantados? ¿cómo se supone que lo sepa? es tu padre y tu decisión si aceptas su propuesta. 一 chan volteó alterado al escuchar tales palabras.
一 y mi suegro. no te olvides de esa parte, es muy importante. 一 agregó.
一 bien, y tu señor suegro. sólo los invitaron a cenar, no es como si el mundo se acabara mañana. 一 seo calló a su amigo con una petición silenciosa, señalando disimuladamente a su novio.
一 sé que lo he perdonado por todo, pero no sé si esté preparado para ver a su nueva familia. no quiero ver por lo que me reemplazó todo este tiempo, no quiero. 一 sus manos viajaron hacia sus ojos, haciendo presión en estos, tratando de evitar que se aguaran.
chris permaneció quieto en su lugar, sin saber qué hacer, quiso detener a changbin cuando éste se puso de pie y caminó hacia minho, acariciando suavemente su cabellera.
一 todo estará bien, minnie. si eso es a lo que temes, es porque lo estás viendo por el lado negativo. él no te reemplazó por ellas, sólo son más personas que te amarán cuando te conozcan y te apoyarán, como chan y yo. si no te sientes preparado no vayas, está bien, puedes tomarte el tiempo que quieras, sólo... no te presiones. todo lo que ocurra, será porque tú lo decidiste así, pensando en cómo te sientes, no en lo que pasará con los demás. 一 lee asintió y se arrojó a los brazos del más bajito. en momentos así, se sentía dependiente del contacto físico y la calidez que otorgaba.
一 gracias, changbin. gracias por ser mi amigo y estar para mí. 一 habló minho, ahogando su voz con el pecho del otro, quien soltó una suave risa.
一 gracias a ti por permitirme ser parte de tu vida, minhonnie.
chris sólo observaba la escena desde un lado, con los brazos cruzados y un adorable puchero en los labios.
一 claro, claro, changbin es el mejor. ¿y yo qué? también estoy para ti y no te veo diciendo cosas cursis para mí. 一 se separaron al escuchar los reclamos del mayor, riendo por lo tierno que se veía haciendo tal berrinche.
minho caminó a pasos pausados hacia su novio, acercando sus labios a su oído, provocando que los nervios en éste se dispararan.
一 es que a ti te digo otro tipo de cosas, mi amor. 一 con esa última frase, tomó distancia, contemplando el rostro enrojecido del otro, quien parecía incluso no estar respirando.
一 ugh, minho, no te olvides de que sigo aquí. 一 se quejó bin, para luego rodar los ojos y simular una arcada.
los tres rieron por eso, a él en realidad le encantaba la relación que llevaban sus amigos; eran tan lindos y melosos el uno con el otro, le recordaban a cómo era él con su novio felix, sólo que... felix era otro caso.
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一 chan, ya estamos decididos en que iríamos. no puedes retractarte ahora. 一 al estar ya frente a la enorme casa de su progenitor, minho volteó hacia su novio, quien parecía querer salir corriendo en cualquier momento.
一 lo siento, mi amor, sólo... estoy muy nervioso. 一 habló pausadamente, tratando de que ninguna palabra saliera entrecortada. min lo vió con una ceja alzada, antes de darle un pequeño golpe en la cabeza.
一 se supone que el nerviosos debería ser yo, no tú. ahora si me permites, es hora. 一 sin otra palabra, tomó la mano temblorosa del mayor, uniéndola con la suya, dándole un ligero apretón en señal de apoyo.
a pasos lentos, se acercó a la entrada y tocó el timbre que estaba al lado de la puerta. tomando una fuerte respiración, observó con detenimiento cuando la puerta fue abierta, dejando ver una cabellera castaña larga y cuidada.
一 ¡mami, hay unos chicos afuera! 一 gritó la pequeña hacia el interior de la casa, de inmediato se escucharon pasos apresurados y una mujer de mediana edad apareció.
一 yuna, ya te he dicho que no debes abrir la puerta 一 reprendió a la menor, seguido de eso, los vió a ambos con una cariñosa sonrisa 一. lo siento, chicos. pasen por aquí, minhyuk nos espera en el comedor. 一 señaló.
一 claro, gracias. 一 después de una pequeña reverencia, ambos chicos ingresaron al lugar. no perdiendo el tiempo en contemplar cada cosa que allí había. bueno, ahora chris comprendía como era que a su pareja jamás le faltó nada.
siguieron a la mujer bajo la atenta mirada de la niña, ésta no apartaba su vista de sus manos unidas, mientras hacía graciosas muecas.
