Max & Lewis (Agosto de Mpreg)

Dia 4: Ultrasonido

Estirándose, Lewis curva una mano alrededor de la nuca de Max e inclina su cabeza hacia abajo. Luego se inclina hacia adelante y junta sus bocas. Los labios del más joven son suaves y saben delicioso. Se separan con un grito ahogado de sorpresa y Lewis aprovecha su oportunidad, deslizando su lengua entre ellos. A Max parece gustarle eso y se mueve en el regazo del mayor hasta que se vuelve más hacia él y se presiona más cerca. Lewis puede sentir el movimiento de su pecho con cada respiración que toma Max. Se siente cálido, vivo y ansioso bajo las manos de Lewis y, mientras enrosca los dedos en el suave cabello de la nuca del rubio, se pregunta por qué esperaron tanto para llegar a este punto. Se da cuenta de cuánto tiempo ha existido la posibilidad, de no ser todo sobre la rivalidad, sino sobre esta pasión que estaba escondida entre ganar carrera y preocuparse por los puntos.

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Max se despertó sintiendose desorientado, sentía la boca seca, miró a su alrededor, intentando reconocer donde estaba, sentía unas voces pero eran cómo susurros, intento levantarse pero sintió una mano se colocaba en su brazo deteniendolo.

"Hey, con calma despacio", Brad estaba agachado a su lado, alcanzóle una botella de agua que Max tomó para darle unos pequeños sorbos, "Te desmayaste, Lewis te agarro y recostó en el sofá, Angela estaba con el y me llamó, y eso fue hace casi dos horas, me tenias preocupado compañero", lo ayudó a sentar para que siguiera bebiendo de la botella para hidratarse bien, "le avisaré a Daniel que estas despierto, él y Lando te han estado llamando como loco"

Max asintió, ahora sentado en el sofá de la casa rodante de Lewis, miró a su alrededor buscando al mayor pero estaba solo Brad hablando por teléfono a un lado, si dos horas habían pasado, significa que la noticia ya estaba en el aire, que todos sabían que no correría, no quería ver su teléfono, de seguro estaría lleno de mensajes y no tenía fuerzas para lidiar con eso en este momento, debería irse de aquí.

"Daniel viene aquí y nos acompañara a tu habitación, dice que hay periodistas al acecho en la puerta de Red Bull, así que aquí es un poco seguro, cree que si nos vamos por atrás podremos esquivarlos lo suficiente hasta llegar a hotel", Brad se sento a su lado, dándole una palmada de aliento en su pierna.

"No pude decirle, no pude ni hablarle, simplemente, no pude, y ahora todo el mundo sabe que no correré, y no tendré que tiempo para hablar con él", Max sonaba un poco desilusionado, tomó otro sorbo de agua, vaciando la botella y se levantó, un poco flojo de cuerpo pero cuando estuviera en la seguridad de su habitación, lejos de la locura del paddock estaría mejor.

Pasado unos minutos, un Lando agitado seguido de un preocupado Daniel entraron a donde el joven embarazado estaba, abrazandolo.

"Te dije que alguien debería acompañarte", murmuró preocupado antes de dar un paso atrás, "Micheal tiene el auto esperando, debemos irnos", miró arrededor y tomó una sudadera de Mercedes, "Ponte esto sin quemarte o agarrar alergia, nadie va a sospechar"

Max se coloco la sudadera de Mercedes, tenía un aroma a Lewis, dejándose la capucha puesta y salió, detrás de los conductores de McLaren y seguido de Brad, protegiendole la espalda.

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El conductor de Mercedes volvió a su casa rodante encontrandola en completo silencio,  es cómo si Max nunca se hubiera desvanecido en sus brazos, cuando pensaba en tenerlo en sus brazos nuevamente, nunca se imagino que sería con el rubio inconsciente, se preocupo, pero cuando su fisio Brad apareció y lo convenció de que había sido un golpe de calor, le creyó, aunque no del todo, todavía quería saber que tenía el joven conductor que decirle, aunque ahora que la noticia de que este año no correría, tenía más preguntas que respuesta en ese momento.