•Viejos exes•AllxTakemichi/Takeharem

Prólogo

—¡Waaaa~! ¡TODA MI VIDA ES UNA MIERDA!

Takemichi sollozaba y criticaba la horrible vida que había llevado como un adulto virgen. Cuando vio los números en rojos que tenía en su libreto de cuentas no pudo evitar seguir siendo un ignorante de su miserable vida y empezó a cuestionarse lo que hizo con ella.

—Shhh~ Hana-chan es verdad que tienes una miserable vida pero no hace falta llorar asi por ello.

El rubio Hanagaki era ''consolado'' por un chico de una alta estatura, y un cabello bicolor que tapaba uno de sus ojos dandole un aire sombrío y amenazador, este le daba caricias en su suave cabello rubio con la mano la cual estaba grabado la palabra ''castigo'' mientras en la otra que estaba grabado ''crimen'' sostenía un cigarrillo que no se paraba de balancear entre sus dedos.

—¡Cállate Hanma Shuji!—el rubio de ojos zafiros aparto bruscamente la mano que lo estaba acariciando sobresaltando al de mayor estatura, para entonces con una mano acorralarlo a la pared—¡Tu tienes una vida de lujo, y cada noche comes en los restaurantes más lujosos! ¡Con el costo de la cena de una noche en uno de esos restaurantes podría pagar el alquiler de mi apartamento por al menos un mes!

El bicolor ante la reacción del de ojos zafiros se encorbo ligeramente para poder estar a la altura del rostro del rubio Hanagaki y acaricio ligeramente la mejilla del rostro sonrojado del rubio por el alcohol que bebió anteriormente en el bar de mala muerte.—Por eso Hana-chan, te ofrezco ser yo quien te mantenga, es un buen trato; yo te doy todo lo que desees y tu te conviertes en mi sirviente personal.

Takemichi al notar el acento de burla que tenía el Shuji le golpeo el pecho con la palma de la mano a lo que este apreto sus ojos mientras hacia un gesto exagerado de dolor, el rubio comenzó a maldecir por lo alto en la calle abandonada mientras comenzaba a caminar tambaleandose entre el camino, detras suya le seguía el bicolor que se encendía el cigarrillo y en seguida posandolo en sus labios deleitandose de la nitocina instantanea que le ofrecía.

—¡VETE A LA MIERDA HANMA SHUJI, VETE A LA MIERDA MALDITA GERENTE, QUE TODO SE VAYA A LA MIERDA!

Takemichi en un tambaleo se da con un poste de luz en la frente del cual desconcertado ante el golpe cae para atras siendo sostenido por Hanma—Hana-chan cálmate.—El mencionado alza su vista para visualizar los ojos mieles del Shuji y entonces hace un puchero con sus labios para luego con sus brazos rodear el torso del bicolor y enterrar su cabeza en el pecho de Hanma—Hana-Chan, ¿Estas harto de tu trabajo?

—Hmm... Sí... Odio a mi gerente, todo los días me mira por encima del hombro como si fuera superior a mi... Odio eso... —Luego Takemichi susurró algunas palabras incomprensibles aún recargado en el pecho del bicolor.

—¿Qué dices si te llevo a un lugar que sé que te encantará?— Hanma sonríe divertido y Takemichi lo escuadriña con la mirada pero antes de que pueda cuestionarlo lo toma del brazo y comienza a arrastrarlo a su motocicleta.

[...]

Gracias a la botella de agua que el Shuji le había ofrecido de una maquina expendedora y la ráfaga de viento que golpeaba su cara por la alta velocidad que iban en la motocicleta del Hanma su cerebro pudo volver en si.

—Hanma.

—¿Hm?

—¿Dónde se supone que me estás llevando a las una de la mañana?

El bicolor rio mientras esquivaba con agilidad algunos coches que se encontraban en las desiertas carreteras de Shibuya—Ya lo veras Hana-chan.

Luego de un cuarto de hora pasando por calles desoladas el mayor por fin paró su motocicleta en una esquina de un antro.