Cap. 1

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Si a Takemichi le hubieran dicho que en aquella madrugada se sentaría en un club lleno de olor a drogas y sexo con música a todo volumen a hablar con sus tres exes en una misma mesa, definitivamente habría considerado que la persona que se lo hubiera dicho se había vuelto loca.

Pero, contra todo pronóstico, en la situación que se encontraba era precisamente así.

Estaban sentados alrededor de una mesa de cristal larga, muy larga, y Takemichi apenas podía ver la otra punta de la mesa. Estaba sentado en un sofá solitario de color vino, siendo acompañado a sus lados de dos miembros de la Tokyo Manji, vigilándolo, espera, ¿Vigilándolo de qué? solo era el ridículo ex comandante de corazón blando de la onceava generación de los Black Dragons y que, probablemente era el chiste en muchas bocas de pandilleros.

Al otro extremo de la mesa estaban sentados Ken, Sanzu, Hanma y en medio de estos tres, Manjiro Sano, quien tenía una pose relajada y los dedos entrelazados, viendo fijamente a Takemichi, quien estaba apunto de salir corriendo de ahí, porque parecía que estaba rodeado de una manada de lobos preparados para arrancarle la piel.

—¿Y bien? ¿Qué hace el ex onceavo capitán de los Black Dragons merodeando por aquí? ¿Acaso eres un espía o algo por el estilo?—el primero en hablar fue Sanzu que acariciaba el mango de su katana y quien portaba su usual mirada de desdén como recordaba Takemichi con exactitud. Una horrible nostalgia surco por su pecho. Al ver que Takemichi no respondía, Sanzu rodó sus ojos.—Mikey, ¿qué piensas al respecto?

Haciendo contraste con su anterior actitud desdeñosa, cuando el pelirrosa giró su vista hacia el rubio de baja estatura, su voz se volvió suave, casi como de porcelana y en los ojos azules de Sanzu, ojos que alguna vez Takemichi adoro, brillaron con intensidad, mostrando una casi enfermiza obediencia y respeto. Un escalofrío recorrió la espalda del rubio Hanagaki quien sentía náuseas en su estómago.

Aquella era la razón por la que cortó con Sanzu.

Mikey sin inmutarse siquiera a la intensa mirada del Haruchiyo, se giró hacia el dragón quien había permanecido callado todo aquel tiempo y le susurró algo a lo que este asintió mientras se levantaba y desaparecía entre la multitud en la pista de baile. El pelirrosa apretó su mandíbula a tal punto de que una ligera vena sobresalió de su cuello, parecía que no le gustaba ser ignorando por el Sano.

—Yo lo traje.—Sanzu y Mikey se giraron hacia Hanma, quien tenía una pose relajada y mecía un vaso de zumo de naranja y parecía como si él no fuera el causante de todo.

De repente, el pelirrosa se levantó bruscamente mientras desenvainaba su katana y la apuntaba hacia el Shuji teniendo una mirada furiosa. Hanma ni siquiera se inmutó y siguió bebiendo.

—¡HANMA! ¡¿TE HAS VUELTO LOCO?!

El mencionado simplemente se encogió de hombros.—Pensé que era buena idea que el fuera el capitán de la tercera división.

El pelirrosa se rio sin gracia mientras peinaba su cabellera, frustrado a simple vista y cada vez viéndose más furioso.—Hanma, ¿Crees que nosotros estamos jugando a la casita? Joder, juro que te voy a sacar ese cerebro que tienes y se la daré de comer a los perros para que dejes de hacer estupideces.

El Haruchiyo luego se giró hacia Takemichi, viéndolo con la ceja alzada.— Y tú, siempre creí que eras un bueno para nada que no podría matar ni a una mosca.—pero entonces comenzó a reír de una forma desquiciada mientras golpeaba la mesa de cristal con la katana—Pero viéndote en este sitio me doy cuenta que siempre fuiste de la misma calaña que nosotros.

Takemichi apretó sus puños y, cuando iba a reclamar, Mikey hablo por primera vez.—Sanzu, cállate de una maldita vez.

El susodicho, desconcertado, mira hacia el rubio de baja estatura quien seguía teniendo aquella expresión neutra y sin sentimientos pero sus ojos lo decían todo; desprecio y asco. Ante aquello, el pelirrosa se quedó mudo y comenzaba a temblar. Sin replicar, agacho la cabeza en signo de disculpa mientras se sentaba nuevamente.

•Viejos exes•AllxTakemichi/TakeharemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora