Capítulo 7
Siempre serás tú mi hombre
No importa cuánto tiempo pase, un amor sincero siempre será más fuerte que cualquier rumor vulgar. Las personas pueden hablar de ti a tus espaldas, pero aquellos que te aman con sinceridad nunca te van a traicionar. Ellos buscarán cargar con el dolor y te ayudarán en tu camino para ser feliz.
Shiori: ¡M-Miku!
Miku: Oh, Darling, guarda silencio—con un rápido movimiento golpeó a su novia con la palma de su mano en su rostro—. Esto es por tener una hija con la chica que te apuñaló.
Y fue entonces que ella la tomó de su cadera para acercarle y robarle un beso.
Shiori: ¡M-Miku!
Miku: No importa si es Natsumi-chan o Ellen-san, yo te amo siendo hombre o mujer y lo que más me importa en esta vida es tu felicidad, mi amor.
Shiori: Miku... —no había duda, ella había cambiado mucho—. Yo... ¡Deja de jugar con mis senos!
Miku: ¡Es que son muy suaves! —expresó la idol con un fuerte sonrojo mientras llevaba su rostro al pecho de su novia—. Huelen a fresa.
Natsumi: ¿Verdad que sí?
Miku: Deberías quedarte siendo una chica, te sienta bien y esos tacones hacen que tus piernas se vena tan sexys que me dan ganas de comerlas a besos.
Shidou estaba aterrado. Miku comenzó a morder sus senos provocando que soltara algunos gemidos que podían despertar a Ellen de nuevo. Si a eso le sumaban que sus tacones eran de aguja y golpeaban el suelo de madera, sí, Ellen se llevaría una impresión no muy buena de él.
Miku iba a continuar bajando hasta llegar a la intimidad de su darling, pero tras ver cómo la mujer de DEM dormía quedó cautivada por la tranquilidad que transmitía.
Miku: "Es injusto que una persona como yo haga algo como esto frente a una persona que solo busca descansar".
Tras pensarlo un poco, Miku tomó las manos de Natsumi y Shiori para sacarlas de la habitación. Conocía perfectamente la casa de los Itsuka como para saber dónde estaba la habitación de huéspedes.
Una vez dentro se desabrochó su sostén y retiró su top dejando libres sus grandes senos los cuales rebotaron un poco al dejarse caer.
Shiori: M-Miku...
Miku: Amo mucho a Shidou, pero también amo a Shiori-san—ella se acercó a su pareja y la tiró sobre la cama antes de ver a una intimidada Natsumi—. Perdón si te metí en esto, puedes retirarte si gustas.
A Natsumi le pareció extraña esta actitud, pero decidió aprovechar la oportunidad para escapar de las garras de [DIVA].
—No quería involucrarla, a menos no hasta que ella tuviera criterio propio para decir estar en este juego.
Shiori: La quieres mucho, e incluso respetaste su decisión.
Miku: Era de esperarse, por culpa de un chico ahora no puedo dejar de pensar en los muchos errores que cometía con las mujeres y que nunca podré enmendar.
Aquellas palabras eran sinceras. Fueron suficiente para que él decidiera dar un primer paso y besarla de forma apasionada mientras la tomaba por la cadera para descender sobre la cama.
Sus labios disfrutaban del contacto y varias emociones se dispararon por sus cerebros. Estaban excitadas ante tanto amor que parecían romper la delgada línea de la decencia.
Shiori decidió separarse, rompiendo el beso para ver a Miku a los ojos.
Shiori: ¡Miku-san es solo mía! —sentenció ella antes de comenzar a besar a la idol en su cuello—. La Diva a la que amo.
Miku: Ah... Darling.
Miku gozaba de esto, era la primera ocasión en mucho tiempo que disfrutaba de la presencia de Shiori. Siguiendo su ritmo pasó a remover el vestido de su amada para tener a la vista aquellos senos cuyos pezones rosados ya estaban duros.
Miku: ¿Quieres hacerlo?
Shiori: Solo los senos, aún no quiero ir más lejos... Incluso si es con este cuerpo.
Miku: Suficiente para mí, Darling.
Ambas siguieron con sus juegos. No llegarían tan lejos, pero sabrían un poco más del cuerpo de la otra. Se pasaron jugueteando un poco ante la privacidad que la habitación les ofrecía que fueron ignorando todo el mundo a su alrededor.
Fue hasta que Elizabeth comenzó a llorar que Shiori se percató de esto lo que activo un instinto en ella.
Shiori: ¡Mi bebé! —exclamó preocupada mientras dejaba a Miku de lado quien comprendía la situación—. Prometí a Ellen que estaría bien para que ella pudiera descansar.
Miku: Entonces ve con ella—respondió con alegría para darle un suave beso en los labios para despedirla—. Quiero ir con las Yamai a saludarlas, así que ve con tu preciosa hija a cuidarla.
Shiori: Gracias... Y quiero repetirlo.
Miku: ¡Obviamente!
Shiori: ¡Miku!
Con una sonrisa en su rostro, Shiori salió de la habitación para ir con las chicas quienes estaban intentando calmar a la bebé. Kurumi la tenía en brazos y buscaba calmarla con una canción, pero esto parecía imposible.
Shiori se acomodó sus zapatos y vestido. Tomó las cosas que Ellen había traído para sacar así el biberón y la leche que la niña necesitaba. Sabía que tenía hambre, pero desconocía la forma en que su mente le informaba al respecto. No sucedía en su forma masculina, así que dedujo que una habilidad propia de la forma femenina.
Kurumi: Shiori-san...
Tohka: Shidou...—para Tohka ver a Shiori siempre era una sorpresa—. ¿Ya llegó Miku? —preguntó ella al desconocer sobre la llegada de la idol al hogar.
Shiori: Está arriba, pero se está arreglando—contestó ella mientras terminaba de preparar el biberón para poner un poco de leche en su mano y probarla—. Ya está buena...
Ella le extendió la comida a Kurumi. De inmediato esta supo que hacer.
La pequeña se bebía el biberón con entusiasmo y sus ojos ya no tenían lágrimas. Estaban abiertos viendo a cada una de las chicas presentes.
Tohka: Se ve tan linda cuando no llora.
Kurumi: En efecto.
Shiori: Ustedes dos se ven muy lindas.
Tal comentario por parte de la Itsuka fue capaz de sonrojar a ambas al punto que miraban en otra dirección para no tener que avergonzarse por dicho cumplido.
Justo en ese momento entraron las Yamai a la habitación en compañía de Yoshino. Esta había puesto mucha cinta adhesiva alrededor de la boca de la marioneta quien estaba enfrascada en hacer comentarios indecentes por la presencia de Shiori.
Yuzuru: Elogio. Esos zapatos te quedan bien.
Kaguya: Aunque dos dedos más corta y sería una minifalda más linda—dijo ella antes de abalanzarse a la versión femenina de su hombre—. Que bonito olor a fresas.
Tohka: Es cierto, Shidou huele a fresa.
Yoshino: Es un bonito perfume.
Las chicas ahora avergonzaban a la pobre de Shiori. Debía escapar de ahí, pero su hija se lo impedía por lo tierna que se veía en los brazos de Kurumi. Algo dentro de ella le decía que si la salvaba de esa oscuridad, serían felices con una niña pequeña que hiciera de sus vidas un poco más alegres
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MI HIJA "SHIDOXELLEN
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