Babysitting [SanJoong]

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Muy temprano en la mañana Wooyoung se había despertado por que tenia ganas de orinar, al despertarse lo único qué llegó a hacer fue sentarse en su cama.

La habitación estaba muy oscura y eso le dio mucho miedo, había escuchado por parte de San que si te levantabas temprano en la madrugada el monstruo que vivía bajo la cama te agarraba los pies y te arrastraba a lo más profundo de la cama, Wooyo le tenía mucho miedo a aquel feo monstruo.

— Yeo...Yeoshi.— Wooyoung comenzó a llamar al menor que se encontraba durmiendo a su lado. Desde que San les había contado aquella horrible historia todos los pequeños decidieron dormir en la misma habitación.

Miro al otro lado del cuarto, donde Mingi, Jongho y Yunho dormían abrazados, si Yeosang no se despertaba estaba seguro que Mingi no lo haría.

Aun más asustado y con ganas de ir al baño, se acercó hasta el borde de la cama para mirar el suelo, realmente tenía mucho miedo.

Con cuidado y todo tembloroso pego un saltito y se bajo de la cama, ya en el suelo con los ojos fuertemente cerrados corrió ciegamente hasta la puerta. Agarro rápidamente el picaporte y abrió la puerta que se encontraba cerrada, Wooyoung sentía que algo lo seguía por detrás y le daba mucho mucho miedo mirar atrás.

Ya en el pasillo siguió corriendo y se metió en el cuarto del mayor de la casa. La habitación era débilmente alumbrada por los faroles de la calle, con menos miedo camino y se acercó dónde el mayor dormía.

— Joongie hyung... Hyung... quiero hacer pipí.— con sus manitas comenzó a picotear las mejillas del mayor.

Al ver que lo único que consiguió de Hongjoong fue que la diera la espalda, Wooyoung le pellizco muy fuerte el moflete. Hongjoong estaba verdaderamente dormido ni con eso había conseguido despertar al mayor.

Resignado, suspiro y dejo descansar tranquilo a Hongjoong. Dispuesto a ir solo al baño camino de puntitas hasta la puerta y la abrió lentamente, al salir se choco con algo o alguien.

— ¡¡MAMÁAAA!! ¡¡EL MONSTRUO!!. — Y como todo niño miedoso, grito, grito tan fuerte que San se asustó.

Impactado ante el pequeño que lloraba, San trato de consolarlo y hacerle saber que era él y no algún monstruo.

— Woo calma...soy yo, Sannie.— San abrazo al pequeño que temblaba como gelatina.— Sshh calma, no soy un monstruo...

— Sannie me hice pipí...

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