Mil y un vidas [GrimmIchi]

7.

  En mi décima vida ocurrió algo a lo que solo pude nombrar: El arrepentimiento de la Luna.

  La humanidad llegaba a su fin y las mujeres fértiles estaban en decadencia; los científicos encontraron una forma de contrarrestarlo mezclando ADN animal con el de los humanos, esta cruza dió lugar al lo que llamaron: Subgénero.
  Entonces, crearon mujeres más fértiles y hombres con la capacidad de procrear, también, hombres y mujeres con la capacidad de llevar a cabo ese fin.
  Alfas y omegas los llamaron  aunque, también, crearon otro subgénero: beta, aunque su índice de natalidad era mucho menor a no ser que sean de diferentes sexos.

  Al inicio del experimento el gobierno comenzó a dar una gran suma de dinero a todo aquel que se sometiera a las pruebas, era de los primeros en aplicar a los exámenes.

  Fui alfa y no pude copular con ningún Omega a pesar de que sentía sus feromonas, me creyeron defectuoso, aunque, cuando estaban a punto de sacarme del proyecto nos conocimos y me volví loco, nos volvimos locos.
  Tu aroma a chocolate con fresas me abrumó y mi aroma a ti igual, nuestro encuentro fue frenético, tanto que casi te mato en nuestro acto de apareamiento. 
 
Cuando nos separaron pude apreciar con mayor claridad tu gran belleza, hasta la misma Afrodita habría de sentirse orgullosa de su más grande creación.

Te recordé y lloré, porque pensé que después de tantas vidas sin ti otra vez iba a perderte, más sin embargo, viviste y  sentí que la Luna me daba un regalo.

En esa vida fuiste mío durante unos años, disfrute tu compania y te ame como en tantas vidas se me había privado.
Formamos una familia y las risas llenaban nuestro hogar, más eso no duró mucho puesto que una enfermedad te atacó sin piedad.

  Nos dejaste atrás una noche de otoño y el cielo lloró su perdida.