𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 || 𝚂𝚊𝚝𝚘 𝚁𝚢𝚞𝚜𝚎𝚒

𝐏𝐚𝐫𝐭𝟒

Miraste a tu alrededor confundida, ambos habían caminado por mucho rato mientras él te platicaba de varias cosas.

Ahora mismo se encontraban en un callejón, lo cual te extraño un poco.

Ryusei soltó tu mano, te miro con una leve sonrisa. — ¿Me esperas un poco? Ya vengo. — Dijo dándose la vuelta — ¡No te preocupes, vendré lo más rápido posible — Exclamó antes de desaparecer de tu vista.

Por alguna razón no te sentías tan insegura, él te daba cierta confianza, así que decidiste esperar con calma. Miraste a tu alrededor con curiosidad. Habían cajas y tablas tiradas, en las paredes habían diferentes graffitis.

De pronto, escuchaste un maullido, eso te alarmó y miraste directamente de dónde prevenia. Quedaste unos minutos procesando aquello, luego te fuiste acercando lentamente.

Te sentaste en el suelo apunto de abrir las cajas. Hasta que te sobresaltaste al escuchar a Ryusei.

— ¡Ya llegué! — Exclamó con una sonrisa mientras se venía acercando. En sus manos tenía dos bolsas. Se sentó a tu lado y te miro — ¿Aún no los ves? — Preguntó dirigiendo su mirada a las cajas.

— Estaba apunto de ver qué había, pero justo llegaste tú — Dijiste fulminandolo con la mirada.

Él soltó una risa y dejo las cosas a un lado. — La tienda estaba al lado, así que llegue rápido — Dijo abriendo la caja para dejar a tu vista tres gatitos y dos perritos, eran cachorros.

Te sorprendiste un poco, algunos estaban heridos, pero al ver a Ryusei movieron inmediatamente la colita, se les veía emocionados y felices.

— El otro día iba pasando por aquí y encontré a unos imbéciles pegándole a estos pequeños. — Dijo frunciendo el ceño. — Así que decidí protegerlos, no puedo llevarlos a mi casa, pero vengo todos los días a darles de comer y tomar agua.

Miraste a Ryusei, tenías un pequeño brillo en tus ojos, se te hacia muy lindo de su parte.

— Ryu... ¡Me encantas! — Dijiste con una sonrisa, te sorprendía bastante que un chico como él hiciera este tipo de cosas. Ryusei al escuchar eso, se sonrojo y giro la cabeza de inmediato.

— L-Lo sé, o sea, ¿A quien no? — Respondió un tanto nervioso.

Soltaste una pequeña risa, bajaste la mirada a la bolsa de comida. Había traído dos, al parecer una de gato y otra de perro.

— ¿Puedo? — Preguntaste apuntando las bolsas, Ryusei te miro de reojo y alzó una ceja.

— ¿Quieres comer comida de animales? Sé que eres rara, pero tampoco creí que tanto — Dijo mirándote sorprendido mientras alejaba las bolsas.

— ¡¿Q-Qué?! ¡Idiota, quería darles comidita! — Dijiste empujándolo, Ryusei comenzó a reír para luego pasarte las bolsas.

— Solo quería molestar, aquí tienes — Recibiste las bolsas, a lo que él agarró unos platos que habían adentro de la caja.