Márcame (+18)

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Gemidos, gemidos y más gemidos salían de esa fina garganta del peligris, con total libertad sin ninguna vergüenza le hacía saber con sus gemidos, lo bien que le hacía sentir al Alfa que tenía encima suya recorriendo su cuerpo con un hambre voraz.

Lamidas, mordidas, rasguños, besos, todo era repartido por su largo cuerpo, sus bellos se erizan cada vez que roza alguna zona erógena y dios, que bien se sentía, no quería que pare, dejaría que lo siga reclamando como suyo.

Abrumado se siente el de ojos bicolores ante las exquisita y embriagante aroma que emanaba el...Alfa? Bajo suyo, era tan dulce, tan delicioso, no sabe ni como ni cuando paso pero encontrarse en estas increíbles circunstancias con el peligris le fascinaba. Si bien ha tenido sexo con varios Omegas, Betas e incluso Alfas, con esta persona le hacía sentir diferente, le calentaba de sobremanera, quería llenar de marcas ese hermoso lienzo blanquecino, llenarlo de su arte y crear numerosas sinfonías.

Lame como su vida dependiera de ello aquel delicado cuello donde sus feromonas se sienten más, donde más quiere inundarse de el, donde se vería una hermosa y posesiva marca en ella, joder....como quería joderlo, hacerle gemir más alto hasta que se quedase sin voz.

-Horacio...

Su voz tan sumisa y lujuriosa salía tan descarada que le encantaba, amasa con vehemencia sus pequeños monticulos logrando que más jadeos salgan de esos deliciosos bellos.

-Horacio...

Sus labios se adueñan de uno de sus botones rozados que de tanta excitación se encontraban duros, sobre estimulandolo ante cada lamida o mordida que le daba.
Las caderas del moreno se mueven simulando varias penetraciones, generaron excesivos roces entre los dos miembros erectos, el de ojos grises tiembla ante esto, arquea la espalda dejando el espacio libre entre la espalda y el colchón bajo el , sus cuerpos hierven ante el contacto del otro, la embriagante mezcla entre el chocolate puro del Alfa y los frutos rojos dulces del Omega volvía locos a ambas receptores presentes en aquella habitación testigo del candente encuentro.

-Ho-Horacio...

Su voz temblaba cada vez más, los ojos se cristalizan por tal placer recibida, una mano bombeaba sin parar con rapidez de arriba bajo su miembro que estaba pidiendo a gritos atención, gracias al propio lubricante del presemen que esparció por toda su longitud lograba que las sensación y la facilidad de aquella masturbación lo volviera loco.
El Alfa del de cresta quería devorar sin control al hombre debajo de el, no entendía que pasaba pero más contacto y más escuchaba sus gemidos siendo emitidos por el peligris, quería más, que pidiera más, que le rogara que no parará cómo lo hacía en estos momentos mientras tenía su rostro enterrado entre sus glúteos lamiendo la entrada del menor sin dejar detener el movimiento de su mano en el miembro contrario.

-Ahhh...Hora...Horacio...

Volkov se retorcía de placer, con un solo toque de aquel fuerte hombre hacia que perdiera la razón que ya no tenía, lo quería todo, absolutamente todo. Mueve sus caderas en señal de que siguiera incluso de que aumentará aquella acción, sus manos se aferran a las sábanas, su boca no la podía mantener cerrada. Dios, que jodido estaba.

Una vez dilatado y preparado Horacio se separa de aquella caliente zona sin antes morder cada glúteo dejando un hermoso color morado en ellos. Solamente el podía tenerlo así, solamente el iba a ser la causa de esos gemidos, solamente el quería ser el único que lo llene por completo.
Sube con besos recorriendo los testículos hasta el glande contrario dando una lamida por todo el delicioso pedazo de carne, no lo lleva dentro de su boca pero por pocos minutos se encarga de probar cada centímetro.
Pasado los segundos abandona aquella zona posicionarse entre las delgadas y blancas piernas, se estira hasta la mesita de noche donde posaba sobre ella el sobre con el condón que utilizaría, se lleva el paquete a los labios rompiendo con total sensualidad el envoltorio, quita el condón y de lo coloca en su falo esperando ansioso para probar y destrozar el interior de Viktor.

I know you?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora