Alexander Pérez Volkov, el pequeño niño que ha cambiado por completo las vidas de dos destinados y dos Tinys, para los demás era un cachorro hermoso y muy tierno pero para sus padres y el par de Tinys era un ser muy hiperactivo y caótico, había adoptado las energías de Horacio pero aveces actuaba solitario y a su mundo como Volkov. Podías tenerlo todo el día correteando por la casa con los Tinys encima de el incluso haciendo alguna travesura cómo cualquier criatura y a los dos segundos se calma diciendo que no quiere que nadie lo moleste. Eran las dos versiones de los adultos en uno.
El pequeño ya tiene casi 5 años, asistía al jardín siendo uno de los compañeros más sociables de todos, ayudaba a cualquiera incluso se ha metido en algunas peleas al ver cómo otros niños molesta al más indefenso, su carácter imponía ante los demás. Había heredado los ojos bicolores de su padre Horacio pero siendo uno verde y el otro grisáceo así como también le salía a la perfección aquella mirada asesina que el Omega puede clavarte cuando está muy enojado, esa mirada que aprovechaba utilizar contra aquellos niños que no son buenos y solo se dedican a ir por otro más "débil" que ellos, aunque aveces una mirada no bastaba para que el otro niño se vaya al contrario, algunas veces terminaban peleando dándose golpes mutuamente y aquí es cuando siempre la muestra debía separarlos y llamar a sus respectivos padres.
-Lo entiendo, hemos hablado con el pero parece que tendremos que ser más estrictos... Si, vale, lamento el comportamiento de mí hijo, ya mismo iré a buscarlo. Gracias. -se escuchaba a Volkov hablar por teléfono, corro la llamada y suspiro- Joder... -guardo el móvil y masajeo su cien tratando de calmarse-
-¿Otra vez se metió en problemas el pequeño? -pregunto divertido Jota al ver a su jefe en la misma situación de hace días-
-Sí, entiendo que quiera defender a sus compañeros pero coño... ¿De dónde saco la manía de arreglar las cosas a golpes?
-Son niños jefe, entienda que actúan por puro instinto -trato de razonar el Omega- Ya se me pasara, son etapas.
-Ya, pero ese "instinto" le está trayendo problemas, no quiero que lo echen del jardín... -se levanto de su asiento y miro a su compañero- Debo ir a por el.
-Si jefe, no se preocupe yo me encargo del local, ve a por el pequeño demonio -comento divertido el menor con una sonrisa-
-Gracias Jota, si pasa algo o necesitas ayuda me avisas. -comento antes de despedir al otro Omega y salir por la puerta del nuevo local que consiguieron hace poco-
Subió a su coche y emprendió camino a la pequeña escuelita donde Alexander asistía, no tardó más de diez minutos ya que no se encontraba lejos. Luego de una pequeña charla con la maestra de su hijo y disculpandose nuevamente por el comportamiento de su hijo, volvió a al coche con su cachorro así ir a su casa, ya que lo retiro antes por el incoveniente debía cuidarlo, Horacio ya se encontraba de servicio y no tenía con quién dejarlo para volver el a su trabajo pero al menos aprovechara que están ellos para regañarle y decirle que esas no son formas de arreglar las cosas.
El pequeño sabía que se vendría un reto de mucho texto de parte de su padre por lo que no decidió hablar en todo el camino incluso cuando llegaron a la mansión, bajo rápido del coche queriendo entrar rápido al hogar, no quería otro regaño por lo que fingía estar apurado por usar el baño así Volkov abre la puerta y este poder escapar a su habitación haciendo tiempo creyendo que su padre se olvidaría de decirle algo. Su actuación funcionó y sin dejar que el mayor hablara corrió apresurado hacia su habitación.
-¿Volkov? -un adormilado Tiny V se acercó al Omega al ver qué había escuchado ruido de la llegada de alguien- ¿Qué haces aquí temprano? ¿Sucedió algo?
-Hola Uve. -tomo al Tiny en sus manos y le mira- Si, Aleks otra vez se metió en una pelea -comenta un poco desanimado, estaba ya algo cansado de esta situación-
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I know you?
RomanceVolkov es un peculiar Omega que no admite serlo, dueño de una tienda para las comodidades de los Tinys. Horacio es un Alfa respetado y serio, Comisario de la ciudad, en la intimidad de su casa deja de lado ser el Alfa que toda sociedad arma para ser...