Celo

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Había pasado una hora desde que Volkov llamo a Greco, una hora en donde Tini V y Horacio se encontraban en el sillón de la sala principal mirando la tele sin prestarle casi atención a esta por la emoción y ansiedad que la espera les generaba.

El Alfa subía cada 10 minutos para corroborar el estado del Omega, algunas veces le gruñía por invadir la privacidad de su nido, siendo muy común está actitud durante el período del celo, otras veces le pedía si podía darle un par de mimos así relajarse aunque terminaba yendose nervioso de ido a qué aquel el contacto del caliente cuerpo que enmanaba Volkov lo ponía de los nervios y en su contra, su Alfa quería probar y recorrer de aquel cuerpo más no ayudaba que el lobo del peligris llamara a su Alfa para ayudarle con el celo. Ya por último, cuando subió lo encontró durmiendo acurrucado entre sus prendas que le había dejado así armaba el nido, se veía tan lindo y tierno que no pudo apartar la vista del albino. Moría por hacerle compañía pero no tenían esas confianzas y mucho menos para invadir el pequeño nido del Omega.

El sonido del timbre resonó por la casa, anunciando la llegada de la persona que esperaba, le dedicó una última mirada al Omega quien no se percató del ruido y aprovecho a bajar. Pudo visualizar a Tiny V dando vueltas al rededor de la puerta esperando que el moreno la abra. Soltó una risita ante aquella escena.

-¿Preparado V? -le pregunto con su voz suave mientras tomaba al Tiny en sus manos y dirigirlo a su hombro izquierdo-

-¡Si! -le deja un pequeño beso en el cuello canela para luego mirar con sus ojitos brillosos ansioso por el encuentro-

Asiente con la cabeza, suelta un suspiro para alejar los nervios que sentía siendo imposible. Sin esperar más, estiró su mano derecha al pomo de la puerta así abrirla dando como bienvenida la luz natural del sol entrando cada vez al interior de su casa iluminandola. Mantuvo su mirada al frente cuando la figura del conocido para el Alfa barbudo se hace presente en su campo visual como el del Tiny.

Con la mirada busco disimuladamente al pequeño H que supondría lo tendría entre sus manos, hombros o incluso cabeza, al no verlo supuso que lo se encontrará escondido en alguna parte.

-Hombre Horacio, cuánto tiempo. -aquel saludo animado típico de él junto aquella sonrisa que siempre porta para sus amigos- ¿Cómo estás tío?

-Greco, bien, bueno... Supongo que ya sabrás... ¿No? -le pregunto entre dudoso y nervioso, no quería meter la pata ya que no sabía que es lo que Volkov le había dicho aparte de que traería a Tiny H-

-Si, si, se que está aquí, de verdad te agradezco que con lo cuides en el estado que está ahora ya que el no es de querer recibir ayuda -relata un poco triste y nostálgico, aunque no eran muy amigos con Horacio, si Volkov confío su celo al cuidado de aquel Alfa el podía confiar en el- siempre lo ha pasado solo -excepto cuando andaba con el idiota de Ivanov, pensó- pero ... ¿Estás seguro de eso? Digo, se lo difícil que es para nosotros aguantar el celo de un Omega. -pregunto serio sin ánimos de ofender, solo quería que su amigo este bien y nada le pase-

-Lo sé, pero no te preocupes, no me aprovecharé de el no soy ese clase de Alfa incluso si tengo que dormir aquí afuera con tal de que el este bien, lo haré -le responde de igual manera de serio dándole la importancia que el tema requería-

Greco lo analiza con la mirada unos segundos, si bien ya sabía y tenía en clase que Horacio es el destinado de Volkov, no debía dejarse confiar, que sean destinados no quiere decir que las cosas no podrían salir mal o bien como tampoco que aunque sea su Alfa no tiene ningún derecho a obligarle hacer algo que Viktor no quiera.

-Vale, si llegas a necesitar algún tipo de ayuda o algo puedes llamarme.

-Lo haré no te preocupes, te mantendré al tanto de todo si quieres para estar más seguro.

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