Ángel Guardián

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Tu piel y tus alas blancas,
la noche en contraste;
arrastrando el alma y los labios,
viajo por tu dorso hasta tu espalda.

Alta,
baja,
gimes,
y te das la vuelta.

Tu espada desenvainada,
lleva impreso mi nombre,
tu espada, sí,
tu estandarte.

Despierta al tacto,
erguida,
en la dulce espera de mis labios
y la cálida lengua de serpiente.

Ángel guardián
presa de dedos esclavos,
la lengua de serpiente,
tú, el beato.

Tu volcánica cripta se estremece,
despierta, llora.
Y paladea tus lágrimas,
la lengua de serpiente.

Al ritmo de castañuelas,
como en baile flamenco,
tu espada,
se retuerce.

¡El fuego se enciende!
Agitas las alas,
la espada muy dentro,
de la muralla de afilados dientes.

En trance
la lengua de serpiente no para de danzar,
únete a la faena,
a la gloria de castañuelas y guitarras.

Alza tus plegarias,
tus impíos lamentos,
alcanza tu gloria
y alcanza tu cielo.

Déjame Ángel guardián
pintarte un paraíso,
con esa tinta incolora,
que emana de tu espada.

Déjame Ángel guardián
pintarte un paraíso,
con esa tú tinta incolora,
con esa tú tinta de héroe...

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