volver

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No creí volver a escribirle a ese acto sacro llamado sexo, ni mucho menos al amor. Pero aqui estoy, recordando esa tarde eufórica llena de besos, y caricias febriles. Él revivió lo que había muerto en mi.
Tocando en lo profundo de mi alma con sus manos curiosas. Ahogando gemidos de necesidad y pertenecia. Lo fugaz del momento se quedo en mi cuerpo, quería llorar de alegria y placer. Era la perfeccion absoluta. Toda una utopía sexual. El recuerdo de su cuerpo rosando con el mio, el control de sus manos en mis caderas, sus perfectos labios dedicándome un Te amo Silecioso y sus ojos brillantes de deseo. Nos sentí llegar a ese punto donde convertimos una habitacion en nuestro Edén...

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