Me preguntaba si alguna vez volvería a escribirte, si volvería a dedicarle una línea más al poco amor que me tenías.
Sin embargo, Hoy no será sobre ti, hoy será para contarle al fantasma que aparece detrás de la cortina del baño, todo lo que está pasando por mi mente. Como conocí a alguien que despertó mi fascinación.
Mientras miro mi reflejo en el espejo, pronuncio el nombre de aquel que me ha hecho gemir como nunca. En mi boca, se dibuja la sonrisa del recuerdo de aquella sensación de extasis y placer. Mis ojos se dilatan al evocar en mi mente una figura en la oscuridad, perfectamente seductora posada sobre mi, penetrando en lo profundo de mi alma. Mi piel se erisa al pasar mis dedos sobre ella, remarcando cada trazo que ya ha sido dibujado con el ardor de su fervientemente necesitadad de mi.
Pero mi corazón es el que late con un son desigual, pues la voz de aquel amante, pronunció aquellas palabras que descalibro su metrónomo perfecto:
Hoy voy a cogerte mucho, porque tú cariño, tú eres mía.
