PÉGATE A MÍ (Kei Tsukishima x TN)

Cap 2

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Después de echarme una lloradita, a hacer tareas y a mimir.

Esa fué mi rutina de anoche, por alguna razón la pregunta de Don Gafitas no me dejó tranquila, otra vez.

Ya llevo días tratando de ignorarla, pero no puedo, dió en mi punto débil sin saberlo.

Me levanté a duras penas, estirándome un poco. El reloj me indicaba que aún había tiempo.
Solía despertarme muchas veces durante la noche, así que era mi costumbre ver la hora siempre, ésta noche me desperté a las 11, a las 2, a las 4:36, y a las 5:15. Y aquí estoy ahora, son las 6:23, y estoy con el uniforme a medio vestir, sentada en mi pequeño comedor de mi pequeña cocina desayunando un pequeño plato de cereal.

Tampoco es que mi departamento sea muy grande, pero es acogedor.

Cuando terminé lavé mis trastes y tomé mi mochila, estar una vez más en esa clase junto al Gafitas me estaba dando bajones tremendos y más después de aquella pregunta...

Pero sonreí.

Porque mi poderosísimo Mario Arvizu dijo que cuando estuviera triste sonriera y automáticamente mi cerebro lo captaría y mejoraría mi estado de ánimo. Tiene razón.

Éste lugar hasta parece mini edificio abandonado, no renta mucha gente por aquí, como es una provincia, no me es incómodo, de hecho es muy bonito.

Caminé hacia la escuela con los audífonos puestos, me encantaba la música, y siempre que escuchaba algo que era de mi agrado me ponía a bailar así estuviera en plena calle.
Por supuesto que evitaba ciertos géneros musicales como el reggaeton, los corridos, banda, prefería el rock, pop, electrónica, cosas chidas.

Pues iba tan tranquila y felíz bailando en la banqueta, cuando salí por el boquete hacia la calle que llevaba a la escuela, y mi baile se vió interrumpido por la presencia del flash de un teléfono.

_____: ¡Aaaahhh Don Gafitas no me exhibas!

El rubio que era un Poste de Luz me había tomado una foto. Qué molestia. Ahora seguramente me hará bullying con eso.

Tsukishima: deberías ser la protagonista del lago de los cisnes.

_____: ¿Bailo bien?

Tsukishima: no, pero la torpeza de un pato te sienta bien.

Dijo aguantando la risa como siempre, qué burlón, ¿Había a caso un día en que no dijera algo así?
Y no es pato, genio, es ganso, ¡El conocimiento es poder!

Mi molestia me hizo recordar que no le había dado su dosis de sofocante malestar del día. Así que me coloqué detrás de él y le dí una patada en la pierna, doblando su rodilla y casi haciéndolo caer.

Tsukishima: ¡¿Qué te pasa?! ¡¿A caso quieres lesionarme?!

_____: si te chingas la rodilla estaremos a mano jajaja

Respondí con la mirada en alto pasando a un lado de él y giré un boquete más hacia la izquierda...

Tsukishima: adiós.

Volteé y lo ví yendo hacia el otro lado. ¡Maldita sea aún me pierdo y llevo más de quince días aquí!

_____: ¡Por eso digo que es para el otro lado!

Lo alcancé y obviamente le iba a dar la segunda dosis, me pegué a su brazo una vez más como el día anterior, y eso claramente le molestó. De hecho comenzaba a gustarme ver su cara enojada, hacia expresiones muy graciosas.