El Raptor

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Viernes
Me levanté sin ánimos pero quería ir a la escuela, quería verlo a el, y quizás, solo quizás me alegraba un rato además era viernes y quizás el podía venir a mi casa.
Mi mamá me acompañó durante el camino hacía la escuela y me dejó allí. Podía sentir las miradas de todos en mí, y me puse muy nerviosa hasta que vi a Finney.
- Hola Finney!- dije algo alegre de verlo.
El me respondió con un abrazo y nos quedamos abrazados por algunos segundos hasta que alguien nos interrumpió. Era Dona.
- Disculpa que te moleste pero yo estaba hablando con Finney- dijo mientras me miraba furiosa.
- Dona, no le hables así, además quizás prefiera pasar mas tiempo con ella- dijo Finney mientras nuestras manos estaban entrelazadas, me ruborice, y el también.
Nos comenzamos a dirigir hacía el salón, o por lo menos eso pensaba, mientras Dona me miraba de la peor manera posible, pero no me importó. Finney me guiaba a algun lado mientras mi mano seguía aferrada a la suya hasta que nos páramos en un pasillo.
- Perdón por la escena que hizo Dona- dijo muy apenado Finney.
- No te preocupes, no me importa lo que haga ella- dije con una sonrisa.
- Nono, no tendría que haberte dicho eso-
Le sonreí muy tiernamente y le di un abrazo.
- Dije que no sucedía nada Finney, tranquilo- dije mientras lo abrazaba.
Me devolvió el abrazo y fuimos hacía el salón.
Me senté en una punta, lo suficiente lejos del resto, hasta que vi a todos moviéndose de lugar y en un abrir y cerrar de ojos Finney estaba sentado a mi lado, lo mire confundida y me dijo que hoy teníamos que seguir nuestro trabajo.
Terminaron las clases y hoy mi madre no me podía ir a buscar, tenía que ir a trabajar. Tenía miedo de ir sola así que antes de venir puse la navaja de mi hermano en mi mochila, no sabía si me podía pasar algo, pero no quería correr el riesgo. Mientras me dirigía hasta la calle oí como alguien me gritaba que lo esperase. Al darme vuelta para ver de quién se trataba vi a Finney corriendo hacia mí.
- ¿Quieres que te acompañe a tu casa?, queda de pasada a la mia y no me gustaría que vayas sola.
Le dije que no era necesario pero siguió insistiéndome hasta que acepte. El camino se me hizo muy corto, quizás era porque me la pasé hablando con Finney, no lo sabía. Al llegar a mi vecindario me despedí de él y él de mi, estaba por abrir la puerta de mi casa cuando oí un ruido, como de bolsas cayéndose.
Me acerqué lentamente cuándo vi a Finney con un hombre algo mayor y con la cara pintada, decidí agarrar la navaja y acercarme lentamente.
- Hey Finney, te quería preguntar si me podías ayudar con algo- mentí, era una mentira pero no lo iba a dejar solo con aquél hombre misterioso.
Finney estaba por hablar pero el hombre lo interrumpió.
- ¡Hola!- dijo muy emocionado.
- ¡Soy un mago!, ¿quieren ver un truco de magia?-
Finney dijo que si con la cabeza y yo empezé a mirar su camioneta negra y adentro vi unos globos negros, algo curioso a mi parecer.
- ¿Ésos son globos negros?- pregunté, en mi sueño habian aparecido así que me limité a agarrar bien la navaja.
- Ohh, si si- dijo mientras abría su camioneta.
Nos quedamos callados por poco mas de un segundo y aquel hombre comenzó a tratar de meternos adentro de su camioneta. Comenzamos a gritar y trate de lastimar su cara, pero solo pude lastimar su brazo.
Deje de escuchar ruidos luego de algunos segundos y lo único que recuerdo fue que aparecí en un sótano, con Finney al lado y con aquel hombre diciendo que lo había herido.
Los dos nos quedábamos callados mientras escuchábamos hablar al hombre, no es que no queríamos hablar, es que no podíamos, El Raptor nos había drogado con algo tan fuerte que nos costaba hablar y ver. Luego de algunos minutos de tratar de entenderlo señaló un teléfono negro en la pared.
- Ohh casí lo olvido, no intenten usarlo, no funciona, dejo de funcionar cuando era niño- dijo mientras se dirigía hacía el teléfono.
Seguía sin entender mucho y Finney lo mismo, así que los dos nos tiramos en el colchón que había en el suelo y a dormir
Me desperté con Finney al lado, mientras dormía, se veía tan tierno, pero no era hora de pensar eso. Mientras lo observaba sonó el teléfono, me dirigí hacia él y contesté.
- ¿Hola?- dije temblorosa.
- Te dije que no funcionará, no lo intentes- dijo alguien detras mio, era él, El Raptor.
Di un paso adelante y tense el puño.
- Tranquilízate, no tienes que temer, se que estan asustados y quieren ir a su casa pero no puedo dejarlos ahora, todo se jodió..- dijo dando algunos pasos hacía mí.
- ¿Qué?, ¿Alguien te vio?- dije retrocediendo, no quería que este cerca mío.
- Déjanos ir, alguien vió algo, la policía no va a tardar en llegar, déjanos ir y prometo que no diremos nada- dije.
- Ja.., pero eso sería muy fácil, además no es la policía- dijo riéndose falsamente.
- Pero si alguien viene gritaré, y me escucharán, te atraparán y te vas a pudrir en la carcel, como la mierda que eres- dije.
- Wow, que ruda eres, pero no, aquí abajo nadie podrá oírte, no con la puerta cerrada- dijo mientras se estaba yendo.
- ¡Espera!- dije.
- Tu.., tu secuestraste a Robin y Bruce..?- dije con miedo, no quería saber la respuesta pero a la vez quería saber si estaban vivos.
- Quizás..- dijo.
- Tu.., ¿Tu los mataste?- dije mientras tartamudeaba.
- No, yo nunca les haría daño, fue.., fue alguien mas- dijo aquel hombre.
- ¡Eres una mierda!- grité, aún con el teléfono en la mano.
- ¡Déjame salir!, ¡Asesino!- grité.
- ¡No soy ningún asesino, ¡cuelga el teléfono!- dijo con el seño fruncido.
- Obligame- dije.
- ¡Házlo!- gritó aún más fuerte y se fue.
Al ver que se fué colgué el teléfono y me dí cuenta de lo que me dijo. Robin ya no estaba en este mundo, este fue el último lugar en el que había estado. Me rompí, comencé a llorar en una esquina tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a Finney. Llore hasta quedarme dormida, tenía el corazón roto y un nudo en la garganta, no podía creer que mi mejor amigo, que mi hermano, mi hermanito estaba muerto.
Desperté con el sonido del teléfono. Finney ya estaba despierto y se dirigió hacía el teléfono y yo lo seguí.
-¿Hola?- preguntó Finney.
Se oía como una interferencia cuándo derrepente se escucho una voz.
- Allison.., Finney- dijo una voz muy espeluznante.
Los dos nos sobresaltamos y Finney colgó. A los pocos segundos volvieron a llamar, pero esta vez atendí yo.
- No cuelguen- dijo
- No lo haremos pero, ¿Quién eres?- dije.
- No lo recuerdo- dijo aquella voz.
- ¿Por qué?- pregunto Finney.
- Porqué es lo primero que pierdes..- dijo la voz.
- ¿Cómo?, ¿Lo pierdes cuándo?- pregunto Finney de nuevo.
- Tu sabes cuándo..- dijo.
- ¿Quién te dijo nuestros nombres?- pregunté.
- Los vi una vez, Me impresionó el brazo de tu amigo, casi me poncha..., y tu, bueno, tenias una hermosa personalidad.., es imposible olvidarla- dijo aquélla voz.
- Bruce..- dije junto con Finney.
- ¿Bruce?, si.., ese es mi nombre..- dijo aquel chico, que ahora sabíamos que era Bruce.
-¿Te sonó el teléfono a tí?- pregunté.
- Si, pero nadie escucha, solo ustedes, El Raptor también lo escuchá pero el no quiere creerlo- dijo Bruce.
- ¿Por qué nos llamaste Bruce?- pregunto Finney.
Pero volvió a repetir el porqué no nos olvido.
Finney y yo nos miramos decepcionados, pensamos que quizás el sabía alguna debilidad del Raptor para hacerle daño, o si sabía de algun lugar frágil para romperlo y escapar, pero nada, estaba por colgar cuándo el volvió a hablar.
- Chicos..- dijo Bruce.
Me puse el teléfono en el oído rápidamente y escuche muy atenta lo que decía.
- En el pasillo al baño hay una losa suelta, se puede sacar y volver a poner. Caven para hacer un pozo y escapar, pero háganlo rápido que no les pase lo que a mí.
Y colgó, Finney se dirigió rápidamente hacía el pasillo para encontrar esa losa suelta.
- La encontré- me dijo él, y me hizo señas para que vaya.
Le dije que teniamos que cavar los dos, y luego tirar la tierra al inodoro.
Estuvimos cavando y tirando la tierra, estuvimos así lo que sería una hora, no lo sé, cuando estas allí pierdes ls cordura y dejas de saber cómo va el tiempo.
Terminamos agotados y los dos nos acostamos en el colchón. Sentía la miraba de Finney en mi nuca, su mirada me ponía tan nerviosa que podía llegar a tartamudear.
- Hey, Allison- me dijo él.
- Me giré y lo vi sonriéndome de costado y mirándome. Hicimos contactó visual y podía sentir como mi cara se empezaba a tornar de un rojo fuerte.
- ¿Qué, Finney?- dije tartamudeando un poco.
- ¿Sabías que aunque estes llena de tierra eres muy linda?- dijo Finney mientras corría uno de mis cabellos para que este detras de mi oreja.
No podía creerlo, Finney me dijo linda y dios, él sabía a la perfección como ponerme nerviosa. No sabía que responder, estaba tan nerviosa que no podía ni hablar. Pero no lo iba a dejar sin una charla.
- ¿Desdé hacé cuánto dejaste de ser tan tímido Finney?- le pregunté y el rio.
- Desde que me gusta una chica quizás- dijo.
Me puse más nerviosa.
- Finney, creo que será mejor que durmamos, así mañana podremos seguir cavando- dije.
- Mm.., esta bien Alli..- dijo.
No quería hacerlo sentir rechazado, sólo que no tenia muchas ganas de hablar, estaba cansada y quería descansar.

Thanks, FinneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora