Vampires ||Sano Manjiro x Reader||

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Una raza de miles de años, con un sistema de gobierno algo cuestionable, una monarquía en resumen

Pero felizmente aquellos reyes no eran crueles dictadores, de hecho se llevaban bien con la mayoría de personas allí, no tenían problemas económicos ni disputas por el poder

Tenían problemas cotidianos cómo cualquier civilización, como disputas personales pero nada grave

Tenían una cantidad razonable de turistas pues era un lugar bastante oscuro, llamaban la atención pero no lo suficiente para que alguien se fijará en que eran vampiros

Felizmente eras parte de aquella monarquía

- _______ baja - grito tu madre desde el piso de abajo, sonreiste observando tu figura frente al espejo, llevabas un conjunto negro (tu eliges, mientras sea negro sirve) con la capa de tu familia sobre ella

- ¡Ya voy! - hablaste saliendo de la habitación y sentandote en el borde de la escalera para deslizarte hacia abajo

Tú vista se deslumbró con todas las personas allí abajo, se habían reunido para tu cumpleaños

Comenzaste a ser recibida por alagos de las personas allí abajo, realmente era genial

Tú cumpleaños número 100, suena a una anciana pero de hecho eras solo una adolescente

Todos celebraban como si tuvieran algo que ver, aunque quizás si tenían algo que ver

Al cumplir 100 aparecía un hilo que decidía con quién pasarías el resto de tu vida, o no, cada quien se lo tomaba de la forma que queria

Todos querían ser quien estaba destinado a unirse a la realeza, menos tu, directamente no te interesaba

Estabas sentada sobre el tejado de la casa por la noche, la luna parecía estar tardando más de lo normal en subir, como si estuviera dudando a quien unirte

Observaste tu mano observando el fino hilo que ahora pasaba por tu mano

Sonreiste al notar que no era nadie dentro del palacio, el hilo se iba directo a la ciudad de los humanos

- ¿Ya te vas? - uno de tus amigos apareció detrás de ti, le asentiste para lanzarte en caída libre hacia atrás

Te trasformaste y te dejaste guiar por la brisa hacia aquella ciudad, aquel hilo cada vez se hacía más corto a medida que tu sonrisa se hacía levemente más amplia