Reino Unido era famoso por su falta de Sol en el cielo, y aquel uno de septiembre no iba a ser una excepción. La mayoría de la población ya estaba acostumbrada, pero todavía había turistas que insistían en quejarse; ¡cómo si eso fuera a cambiar la opinión de las nubes!
Aquella mañana, Zenit se había levantado temprano. Había sido una noche difícil, no había conseguido conciliar el sueño y no fue capaz de alcanzar la fase en la que podría descansar. Puso lo pies en el mármol al levantarse de la cama. El suelo de la mansión estaba frío, como todos los días, no importaba si era verano o invierno. La temperatura de la cocina era más agradable, pero su familia tenía la tradición de desayunar en el comedor. Sin embargo, aquel día, no pasó. Draco Malfoy la esperaba en la entrada de casa con las manos detrás de la espalda. Ya se había puesto la túnica de Slytherin y cada mechón de pelo rubio platino estaba en su sitio. Se saludaron con una mirada silenciosa y los dos de Slytherin caminaron hasta la chimenea del salón. Utilizando la red de los Polvos Flu, aparecieron en la zona privilegiada de King's Cross. De poco les valía si después tendrían que juntarse con el resto de alumnos en el Hogwarts Express. A pesar de pertenecer a una familia bien, en su caso a los Vonkar, en caso de su primo a los Malfoy, debían mezclarse durante todo el curso académico con gente común. Al menos, ella no sentía tanto desprecio hacia los sangre sucia.
Pasó a la plataforma 9 3/4 de una forma discreta y se metió directamente en el vagón del sexto curso que empezaría ese año. Otra de las ventajas de su familia era que no era necesario que ella misma cargase con su equipaje, sino que aparecería directamente en su habitación. Se acomodó en uno de los asientos y notó cómo su estómago rugía. Apenas había dormido y todavía tenía hambre. Faltaba media hora para que el tren saliese, así que no se sintió culpable cuando se despertó y se dio cuenta de que se había dormido.
-Despierta, Zenit. Ya hemos llegado -como aviso le tiraron una rana de chocolate a la cara, y con gran habilidad, la atrapó y la comió.
-Gracias por el desayuno, Margaret.
Se sentía más despejada tras aquella siesta y salió del tren entre bromas y risas con sus compañeros. Se hicieron hueco entre los enanos de primero, y siguiendo la idea de Kevin, decidieron escaparse a Hogsmeade para tomar un par de cervezas. Su círculo de amigos se componía por cuatro de Slytherin sin contarla a ella: tres chicos y una chica. No era difícil adivinar que siempre estaban tramando planes ligeramente problemáticos, como cuando consiguieron colar una criatura mágica en una clase de los de primer curso. Cada uno había perdido 250 puntos, y en la ceremonia de la Copa de Casas, Slytherin le debía punto a Hogwarts.
En las Tres Escobas nunca habían tenido problema para obtener su alcohol, seguramente influía el hecho de que solían pagarle el doble por una cerveza. Madam Rosmerta no decía nada, y ellas tampoco. Se tomaron sus bebidas rápidamente y con prisa, volvieron al Gran Comedor. Como de costumbre, Albus Dumbledore daba el discurso de todos los daños, cuyo contenido nunca cambiaba pero siempre se las arreglaba para decir las cosas de otra manera. Las puertas del Comedor se abrieron ligeramente y cinco adolescentes borrachos se escabulleron hasta la mesa de Slytherin. Tampoco era tan grave, los enanos de primer curso ni siquiera habían sido repartidos en sus casas. Se dejó caer en el banco y con una ala de pollo en la mano, miró hacia el grupo de nuevos alumnos. Había entre ellos una chica visiblemente mayor que los de primer año. Según sus cálculos, mediría un metro sesenta y cinco como mucho. Su pelo era de un castaño tan claro que seguramente en verano sería rubio, caía sobre sus hombros de una manera ondulada pero correcta. Ella había sido la última en sentarse ante el Sombrero Seleccionador y cuando vio sus ojos, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Aquellos ojos verdes, como el color oficial de Slytherin, hizo que recordase momentos de su vida que no la dejaban dormir.
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Hogwarts sin ti [girlXgirl]
FanfictionFue el primer día de su sexto año cuando empezó a tener pesadillas. Todas eran sobre lo mismo: cómo resucitar al Señor Oscuro. Zenit Vonkar no entendía por qué las tenía, pero aparentemente, aquella chica nueva de Beauxbatons estaba relacionada con...