La revista. |Three-shots

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—¡Ugh!— Un rubio disgustado pataleaba a más no poder.

Ya había intentado una y otra vez todos los trucos que aparecían en su libro. Lo peor era que ninguno le salía bien.

No obstante, estaba enojado y aburrido por los repetitivos trucos a los que culpaba de no estar a su nivel.

Por otro lado, el híbrido es quien más lo sufría. El truco de lanzar navajas a una manzana que solo era sostenida por su cabeza lo atemorizaba demasiado. En otras palabras, ha sentido su alma separarse de su cuerpo incontables veces.

Ambos repetían su rutina una y otra vez. No había nada nuevo que entretenga aunque sea al menor.
No le quedaba nada más que probar.

Hechó una ojeada al libro por última vez, y lo lanzó apuntando a la cabeza de Kedamono. Sin embargo, por primera vez le dió a la manzana.

Se quedó observándo con cierto tick en el ojo al tembloroso azulado que había terminado automáticamente de rezar por el miedo.

Sin más, realizó otra pequeña rabieta y se retiró pateando el suelo con cada paso que daba sin importarle el polvo que levantó.
Y si se lo preguntan, si, dejó a Kedamono atado.

A todo esto, ¿A dónde iba? El asunto era fácil de entender si se conoce lo suficiente sobre la personalidad del rubio.

Odiaba pedir ayuda y una de las únicas cartas que tenía bajo la manga, se trataba de pedirle a su padre que lo ayude. (Cosa que obviamente no haría ni aunque se estubiese muriendo)

Y la otra opción, era un camino que llevaba el nombre de "Popee" grabado. Se trataba de intruciar dentro de la tienda donde su padre guardaba bastantes cosas del circo amontonadas entre sí.

Nadie iba a ese lugar ya que a parte de estar desordenado, era el dueño del circo. Nadie era lo suficiente desvergonzado como para adentrarse en algo que el más mayor no permitía por razones desconocidas.

Menos su hijo. Este es el que más agallas tenía si se tratase de encarar a su padre.

Al llegar, abrió la tienda sin inmutarse del desorden como si ya ubiera estado allí. Entre medio de las cosas rebuscaba algo que lo ayudase en aunque sea una inspiración para un nuevo truco.

Las cosas que no le servían las tiraba para atrás. A decir verdad, habían bastantes cosas que daban imaginación a nuevos trucos en la mente de Popee, pero al ser individuales no los consideraba.

Prefería hacer las cosas al lado de Kedamono. Le encantaba ver las expresiones de miedo y nerviosismo atravesar la máscara con solo su presencia. La intimidación era algo que disfrutaba hacerle solo al azulado en especial.

Siguió rebuscando sin resultados. Optó por leer la portada de los libros que se hallaban ahí por si es que alguno le cumplía sus espectativas, y como era de esperarse, nada.

Lanzó un gruñido molesto para continuar con su búsqueda entre medio de los objetos, ya se estaba por rendir.

Un opaco sonido a un costado acaparó su atención. Había caído un objeto pesado y aparentemente metálico.

Lo habría dejado ahí de no ser por algo que parecía sobresalir por detrás.

Se acercó con cuidado fijándose en una delgada revista en reversa. La tomó para fijarse que en la portada había una silueta de una sombra bastante musculosa.

Se miró los brazos comparándolos con la figura masculina. En cierto modo él era muy fuerte, pero de alguna manera agradecía no tener una complexión física tan exageradamente grande, eso le perjudicaría al momento de actuar.

No Matter! | PopKeda-Kedapop One/Two/Three-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora