I. Pueblo

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El sol apenas se asomaba, ya era de día, en todos lados se veían a las autoridades yendo en sus transportes hasta la pequeña ciudad de Goyang, muchas personas llamaban a emergencias por sus familiares muertos, los que podían ayudar enviaban muchos cuerpos a morgues, los medios de comunicación intentaban filmar el caos y el resto se resguardaba en las iglesias, comenzando a rezar. Sin duda sería un día cansado para muchos.

- Oiga, oficial, está muy ocupado, debería dejarme ir -. Protesta un joven detrás de unas barras de metal, deslizando poco a poco su cuerpo en el frío suelo de cemento, asegurándose de no separarse de los barrotes.

- Guarda silencio -. Le ordena el oficial esforzándose en no responder a sus exigencias, mientras mira preocupado cómo sus compañeros de trabajo están contestando llamadas desesperadas de personas que necesitan ayuda.

Analizando la postura de su superior, nota cómo sus manos semi arrugadas juegan rascando sus yemas sin parar, un signo de ansiedad tal vez, más abajo su pierna derecha está brincando ligeramente de arriba a abajo, facilitándole la acción por estar recargado en el muro que divide la pequeña cárcel con la oficina de la estación, puede leerlo de pies a cabeza, ese hombre desea ayudar a sus compañeros de trabajo, pero prefirió permanecer ahí parado a vigilar su estadía hasta cumplir las veinticuatro horas encerrado por causar disturbios en el centro, ya que no tiene familiares que vayan a pagar la fianza de poderlo sacar antes. Irritado, piensa rápido en otro método de chantaje para salir de ahí, además de estar aburrido porque durmió en una cama súper incomoda, debe de buscar otro empleo, mientras más horas pierda significa que no tendrá dinero para su comida, y no le darán ni un simple platillo por cumplir con la pequeña sanción.

- Mire, hay muchas personas que lo necesitan, yo no tengo familia, pero sí un amigo, quiero saber cómo está -. Habla con suavidad levantándose del suelo, junta sus manos como si fuera a rezar, dejando de verse insistente o loco, se le ocurrió a buen momento usar ropa desgastada.

- ¿Cómo se llama tu amigo? -. Un poco convencido, el oficial de tal vez cuarenta años se voltea, dejándose llevar por el repentino cambio de postura en el encarcelado, quien bajó las manos viéndose muy serio y tembloroso, tocando su camisa a tientas.

- Hyungwon -. Dice el primer nombre que se le cruza por la cabeza, según recuerda, así se llamaba un pastor o un cura, no lo sabe, en parte el nombre es igual de largo que el suyo, y no es inventado, hace temblar sus pupilas para lucir más creíble.

- El que trabaja en el centro, lo conozco, bien -. Cediendo a su mentira, va tras él, saca de sus bolsillos una llave, la utiliza para retirar el seguro de los barrotes y procura no mostrar su victoria, sólo festeja internamente haciendo una reverencia en agradecimiento.

Mantiene la postura de chico agradecido aún en la puerta de la salida, busca por encima de su hombro la mirada del oficial en caso de que lo esté observando dubitativo, pero contrario a lo que creyó, el hombre se sentó a un lado de un compañero suyo, empezó a contestar las llamadas de emergencia haciendo su trabajo, de vez en cuando cruzando palabras con los demás policías. Guardó su sonrisa de felicidad, se colocó la capucha de su sudadera cubriendo un poco su cabellera blanca y caminó lejos, felicitándose a sí mismo por conseguir engañar a una autoridad por quinta vez en su vida, pues en unas horas se preocupará de su departamento, el cual supone debe de estar destruido o restringido.

- Oye, ¿cómo se llama el muchacho que vino a pedir trabajo? -. Pregunta el policía de cuarenta años que dejó ir libremente al loco del centro, dirigiéndose a su compañero, refiriéndose al muchacho moreno que ayuda a todos los comerciantes del centro.

- ¿El que cuida a su padre enfermo? Hyunwoo -. Responde con simpleza escribiendo en una hoja de papel, se levanta de su silla sin mucho interés y se despide con una reverencia - Perdón, iré a atender un problema. -

Desaliento - [Monsta X] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora