Capítulo 11: MENTIRAS DISFRAZADAS DE VERDADES

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A pesar de que Ivette sabía sobre la relación de Elián con Anyel, se tomaría su tiempo antes de intervenir, ella tenía planes para romper de raíz esa relación definitivamente, jamás permitirá que su hijo estuviera con la hija de una cocinera, si una vez los había separado, lo haría nuevamente.

Ese día lunes temprano Ivette debía hacer una visita urgentemente, llegó a una pequeña oficina en el centro del pueblo, esperó en recepción, hasta que una secretaria le indicó que pasara.

—¡Hola Damián! —saludó Ivette con un tono de molestia.

—¡Hola señora Leblanc! —contestó a su saludo cordialmente, como todo un caballero —. ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Desde la muerte de Dante, seis o siete meses —respondió Ivette tomando asiento —. Vine a hablarte de la bastarda de mi marido.

—¡Yo no la llamaría así! —intervino Damián —. Sabes muy bien que Anyel es muy importante, es por eso que ella debe estar presente en la lectura del testamento.

—¡Quiero impugnarlo! —indicó con decisión.

—Señora voy a ser bastante directo, a opinión personal, debe agradecer como estipuló Dante ese testamento —comentó Damián con franqueza —. ¡Le advierto que no trate de hacer nada!

—¿Quién te crees para hablarme de esa manera? —gritó Ivette.

—Soy, fui y seré siempre el mejor amigo de Dante, soy el que lo acompañó siempre hasta el último día de su vida, se toda la verdad señora Lodge —indicó con seriedad y resentimiento.

—¿De qué verdad hablas? —preguntó con temor.

—Se que Elián no es hijo de Dante y que la causante de la muerte de Dante fue esa verdad.

—¿Ella es la única heredera? —preguntó titubeante casi temerosa.

—¡Claro!, a usted solo le importa el dinero —afirmó Damián con cierta rabia, volviendo al tema principal.

—Elián, si está presente... —aclaró Damián, borrándole la sonrisa a Ivette —. Aunque hay una variable diferencia.

—¿Ella recibirá más que mi hijo?

—Sabes de antemano, que esta decisión podría existir. Lo hizo porque Anyel, únicamente lo tenía a él... y Elián, además de haber tenido a Dante,  te tiene a ti —La respuesta de Damián, no lograba tranquilizarla. Aun así,  Anyel tendría más que su hijo, eso le provocaba una inmensa ira y odio contra Dante.

—No me digas estupideces, lo hizo porque Elián no llevaba su sangre, su egoísmo no tiene límites.

—¿Tú hablas de egoísmo? —recriminó Damián a la defensiva —. No tienes cara para hablar de egoísmo, le mentiste a Dante todos estos años.

— Eso no tiene nada que ver contigo, ahora bien, se que me odias, jamás te simpatice, pero... necesito pedirte algo. 

—¡Te escucho! 

—Nadie debe saber la verdad, sobre el origen de Elián, esto debe morir con Dante —indicó Ivette —. Elián sufrirá demasiado, además no quiero que me odie.

—¿Crees que no estoy enterado de la relación entre Elián y Anyel?, ¿piensas que me creeré tu dolor de la madre odiada?. Lo haces solo por ella, jamás entendí ese desprecio por esa niña, ya que ni culpa tiene de todo esto —aludió Damián confundido —. El día de la lectura ambos estarán presente, deben saber que no son hermanos, ¿sabes el daño que le harás a tu hijo?

—¡Ese es mi problema! —exclamó con una mirada atemorizante. 

—¡No seré cómplice de ese engaño!

Vuelvo a verte otra vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora