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*. MINHO*

- CINCO AÑOS ANTES -

- Estábamos acostados en la cama después de haber tenido relaciones, ambos mirando al techo mientras que mis manos acariciaba su brazo. Miraba el reloj para ver si aún teníamos tiempo y sonreí al ver que teníamos de sobra.

- Estas seguro que va a venir tarde? - me preguntó mirándome fijo.

- Siempre llega tarde - dije - no te preocupes -

- Pues me encanta la atención que me das - me levanté rápido al escuchar su voz en la puerta de la habitación. Vi como jisung se levantó y empezó a vestirse.

- No es necesario, el que se va de acá soy yo - vi como secó unas lágrimas y empezó a caminar hacia la salida.

- Amor espera!! - grité para luego ponerme el pantalón e ir detrás de él.

- Amor? Límpiate la boca para volver a usar esa palabra Minho - dijo frenándose en la entrada - no se por qué me pongo mal si en el fondo sabía que esto iba a pasar tarde o temprano-

- Lo siento - fue lo único que me salio de la boca

- No. Acá el que lo siente soy yo - dijo soltando una risa irónica - siento haberme apartado de mi familia por pensar que lo nuestro era único, por pensar que de verdad me amabas. Siento haberme peleado con mi mejor amigo por tu culpa. El me lo decía siempre y preferí hacer oídos sordos por que te amaba... te amo. Siento haberme entregado por completo a ti sin siquiera pensar en que podía salir lastimado, siento haberte dicho que si -

Su mirada estaba triste y sabía que ocultaba algo detrás de ellos. Su brillo ya no estaba y me dolía recordar esa promesa que le hice en el altar. Amarlo y cuidarlo siempre, hasta que la muerte nos separe pero nunca pensé que nuestra muerte iba ser yo y una calentura del momento. Es que eso era Jisung, un chico que me calentó de la oficina y decidí sacarme las ganas.

- Creo que es hora de que hagas los papeles Minho - dijo antes de salir por la puerta.

Después de que Jisung se fuera, llame a mi abogado para empezar a redactar los papeles del divorcio en donde decía que parte le corresponde a él por los años de casados.

Me dolía hacerlo pero hace tiempo que siento que lo nuestro estaba desapareciendo. Ya no sentía la chispa que nos representaba. Si, lo amaba pero creo que nuestro amor se convirtió en una rutina. Nos despertamos, desayunamos, me iba al trabajo y luego recibía un mensaje suyo de que ya estaba llegando al trabajo. Llegaba a casa, comía lo que había preparado Felix, me bañaba y me acostaba esperándolo. Él llegaba, se duchaba y se acostaba para luego darme un beso y dormirme. Así todos los días. A penas podíamos tener relaciones sin que nuestro Celulares sonarán por temas de trabajo.

Al día siguiente, me senté en la mesa con los papeles del divorcio en la mano para que él llegue y los firme.

Escuché las llaves colocarse en la puerta para luego ver su rostro.

-Hola - dije desviando mi mirada. Me dolía, me dolía verlo así. Sus ojos estaban rojos y su pelo a penas estaba peinado.

- Donde está la lapicera? - dijo mientras agarraba los papeles - gracias - agarro la lapicera y firmó los papeles de divorcio. Todos los recuerdos aparecieron en mi mente. Esa sonrisa que tanto amaba vino a mi mente y ese momento en el que me decía que si, se fue desvaneciendo.

- Iré a preparar mis cosas - dijo - te daría el anillo pero decidí venderlo - vi como empezó a subir las escaleras.

No sabia si ir y hablarle. No sabía si pedirle disculpas otra vez serviría para poder mantener nuestra amistad que teníamos hace años. Era mi amigo para luego transformarse en el amor de mi vida o al menos eso pensé.

- Si me olvido de algo, tíralo - me tiró las llaves en la mesa y salio por la puerta como si nada.

No recibí ni un adiós de él ni una palabra de despedida, solo se esfumó por la entrada como si nunca hubiera sido parte de mi vida.

Hαʂƚα Qυҽ Lα Mυҽɾƚҽ Nσʂ Sҽραɾҽ -Mιɳʅιx🌸 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora