Capítulo 2

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Sigo al todavía desconocido hasta una de las sillas desocupadas.

Me ciego un poco con la luz del espejo que tengo enfrente pero cuando me acostumbro a su luminosidad me fijo a través de este que el chico está tocando mi cabello.

Cuando parece haber terminado de analizarlo conectamos miradas por el espejo.

Se inclina hasta llegar a mi oreja sin romper la conexión de nuestros ojos; su aliento choca contra mi oreja haciendo que el vello en mi nuca se erice y por mi cuerpo pase un pequeño espasmo.

— ¿Por qué quieres cortar un cabello tan bonito? — Habla sin apartarse de mí provocando que por su tono y mirada sepa que habla en serio.

Toma un mechón de mi cabello enrollándolo en unos de sus dedos.

En este momento me siento un poco mareada.

Su boca parece rozar mi oreja y debo concentrarme para no tartamudear cuando le respondo:

—Para cerrar un ciclo.

Mi respuesta parece divertirlo por la pequeña sonrisa que ahora tiene en su boca.

Se endereza liberando mi mechón de cabello y lo agradezco profundamente

Su aliento estaba provocando algo raro en mi sistema.

Parece pensativo por un momento mientras alterna su mirada entre mi cabello y yo.

—Acabas de romper con algún pobre imbécil y así crees que lo superaras — Dice como afirmación.

Me sonrojo un poco porque es exactamente lo que paso.

Qué vergüenza.

Al menos no adivino el detalle del engaño con mi mejor amigo.

—Te tengo una propuesta— Dice en voz tan baja pero de alguna manera seductora que casi creo que lo imagine decirlo.

Alza una ceja y esa es mi señal para saber que escuche bien.

Por alguna razón siento que su propuesta no es inocente.

...

Vuelvo a verme en el espejo de mi habitación.

Me agrada el resultado.

Me lo corte pero solo hasta la mitad de la espalda.

Este día en definitiva no termino que esperaba.

Termine sin novio.

Sin mejor amigo.

Con un corte de cabello.

Y con una propuesta que todavía no sé si aceptare.

Vuelvo a escuchar los golpes en la puerta principal y sé que es Mateo queriendo entrar.

Cuando llegue al apartamento lo primero que hice fue llamar a alguien para que cambiara la cerradura de la puerta principal.

Ahora soy la única con las llaves.

También le deje un audio de minuto y medio a ambos personajes diciéndoles básicamente que desaparecieran de mi vida.

Recogí todas las cosas del cuarto de Mateo y lo deje todo afuera del apartamento.

¿Qué quiere ahora?

Su abuela le ira a preguntar.

Decido tomar un baño en la tina y es cuando no escucho más los golpes que me permito llorar por fin.

Siento que mi pobre corazón llora al compás de mi cuerpo.

¿Por qué a mí?

Entonces mi cerebro me juega una mala broma pasando imágenes de los mejores momentos que tuve con ambos y es que a pesar de las cosas negativas perfectamente podría haber entregado mi vida por cualquiera de esos dos.

En las grietas de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora