Capítulo 3

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Cuando cuelgo la llamada con Emma hago una revisión mental de que hacer ahora.

Quiero pintar.

Busco los materiales y un nuevo lienzo para liberar mis emociones en ella.

Mientras pongo en bucle todo el álbum de Olivia Rodrigo pienso en que pintar.

Decido hacer un cielo oscuro con estrellas.

Mi mamá siempre me inculco el pensamiento un poco fantasioso de que las estrellas representan a aquellas personas que nos dejan y al mismo tiempo son una señal de esperanza para quienes se quedan atrás.

A pesar de que mi papá es astrónomo nunca corrigió ese pensamiento diciendo que las estrellas son simplemente cuerpos celestes gigantes, compuestos principalmente por hidrógeno y helio, que producen luz y calor desde sus arremolinadas fundiciones nucleares.

En cambio, miraba a mamá con el tipo de amor en sus ojos que solo he visto que ocurre en las películas de amor que veo con Emma.

¿Alguna vez voy conseguir ese tipo de amor?

Lo dudo.

Ni siquiera Gonzalo me hizo llegar a considerar que teníamos algo así.

Simplemente pensaba que nuestra relación era realista.

Vaya que estaba equivocada.

Empiezo a mezclar los colores y sonrío recordando lo que las estrellas significan para mí.

...

La alarma del celular me despierta demasiado rápido para mis sentidos.

Miro la pantalla encontrando que el sonido no es de la alarma.

Es una llamada entrante.

Gonzalo.

Otra vez.

Me decido a bloquear el contacto.

Acepto la llamada por accidente.

—Bebe, por favor...

Cuelgo antes de que pueda decir cualquier otra cosa.

Media hora después escucho que llaman a la puerta.

Es Emma.

Veo las bolsas en sus manos.

El dueño de la papelería debe haberse vuelto rico.

— ¿Preparada para la venganza? —Dice entrando al apartamento.

Me fijo en lo que lleva puesto.

— ¿Vas a hacer de espía en alguna película y no me contaste? —Le digo al ver que todo su atuendo es negro.

—Es para pasar desapercibidas cuando entremos.

—Vive en un conjunto, además no hay problema para entrar, todos los guardias me conocen.

...

Si hubo problemas para entrar.

Tuve casi que rogarle al nuevo guardia.

Le hice toda una escena de ex novia dolida que debe sacar sus cosas del apartamento del mugroso de su ex.

Fue algo humillante.

Pero al menos nos dejó pasar.

Guio a Emma hasta nuestro objetivo y con la llave de repuesto abro.

— ¿Estas segura de que no hay nadie?

—Sí, los lunes siempre tiene clase en las mañanas y a menos de que fuera una mentira para verse con Mateo no debe estar aquí.

Empezamos a sacar todo el material algo excesivo de las bolsas.

En las grietas de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora