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Los padres de Estefania, fueron directo a la facultad de contaduria por la mañana, ya que su hija no estaba en condiciones para hacer todo el trámite para el traslado.

Ya terminado todo, llegaron a su casa y lo primero que vieron era a Lucas golpeando exageradamente la puerta.

- ¡Estefania por favor sal! - gritaba - ¡Mi amor, perdoname! ¡Te lo suplico!

- Eres un mal nacido - le dijo Oliver, el padre de Estefania, lanzandole un golpe directo en la mandíbula - ¡Ya le hiciste demasiado daño, que más quieres! - y siguió golpeandolo - ¡Te abrí las puertas de mi hogar, te confie lo más sagrado que tenía! - le grito mientras lloraba

- Solo quiero disculparme, se los suplico, solo necesito disculparme.

- Ya no más, ya no permitiremos que la sigas dañando - le dijo Gisell, tomando a su marido de la mano y entrando a su hogar.

- Vamos amor, debemos ver a nuestra hija - le dijo Oliver a Gisell mientras subían las escaleras, al golpear la puerta de la habitación de su hija, y no escucharon nada, entraron preocupados, de que haya pasado algo, pero lo que vieron los tranquilizó, estaba Estefania durmiendo con los audífonos puestos, aunque sus ojos estaban bastantes hinchados.

- Dejemosla descansar, mañana debe viajar - dijo Oliver, mientras cerraba la puerta.

-Llamaré a Lucía, para que venga y se puedan despedir - dijo Gisell.

- Yo voy a sacar el pasaje - Le dijo Oliver, en tanto se dirigía a la oficina.

Tiempo más tarde......

Se sintieron, unos golpes insistentes en la puerta, Oliver quien estaba sentado en el sofá junto a su esposa, meditando por todo lo que pasó su hija, se levantó a abrir la puerta esperando que sea Lucía y no encontrarse con Lucas.

- ¿Dónde está? - entró una Lucia, bastante asustada - ¿Qué le pasó?

- Es mejor que ella te cuente - le dijo Gisell - está en su habitación.

Lucía subió corriendo las escaleras, estuvo apuntó de caerse de lo nerviosa que estaba, y cuando pudo llegar a la habitación y abrir la puerta, lo que vio le rompió el corazón, allí estaba su amiga acurrucada como un bebé, se encontraba durmiendo, se notaba en sus ojos que estuvo llorando por bastante tiempo hasta que se quedó dormida, tenía ojeras que se le marcaban bastante. Se acercó en silencio y se acostó junto a ella mientras la abrazaba.

- Amiga, que te paso - le dijo Lucía, haciéndole cariño en la cabeza.

- El me destruyó, ya no se que hacer, me siento insuficiente, me siento rota, rompió mi corazón - expresó con dolor Estefania, abrazándose más hacia su amiga - ya no quiero que duela, no quiero sentir más dolor, por favor has que se pase.

- Dios, que te hizo ese hijo de p*ta -

Estefania ya no pudo ocultarle más y le comenzó a contar todo lo que pasó con Lucas, cuando lo vio drogandose, también cuando la intentó golpear, su dependencia emocional, y lo último fue cuando lo vio con esa chica.

- Maldita perra, ella sabía que ustedes estaban juntos - le comentó con rabia Lucía.

- Puede ser pero ella no me debía fidelidad, yo no estaba en una relación con ella, era el quien debía tenerme aunque sea un poco de respeto.

- Esta bien, no hablemos de ese mal nacido, que harás ahora, no puedes seguir viéndolo.

- Eso lo se - Estefania comenzó a llorar otra vez - me voy a ir, acepte el traslado a Alemania.

- ¿Hablas en serio? - Lucía casi salto de la cama - y yo que, no soy importante en tu vida, somos como hermanas, no se que haría sin ti.

- Yo también te voy a extrañar, pero debes entender que necesito alejarme de todo lo que me cause dolor - le explicaba Estefania mientras se sentaba en la cama y se secaba las lágrimas - y por una vez voy a pensar en mi, y en mi salud mental, no voy a desaprovechar esta oportunidad.

- Te voy a extrañar, no quiero que te vayas pero si crees que es lo mejor para ti, lo entenderé.

- Gracias amiga, Te amo - dijo mientras lloraba.

- Yo también Te amo - Lucía se acerco para abrazarla y llorar juntas.

Se sintieron unos golpecitos en la puerta, se asomo la cabeza del padre de Estefania para avisar que el vuelo saldría en cuatro horas, para poder terminar de empacar todo.

Al cabo de tres horas ya todo estaba listo, y guardado en sus respectivas cajas, salieron rumbo al aeropuerto, todo era silencio, nadie hablaba, todos estaban procesando lo que iba a pasar ahora, la tristeza que todos sentían, era notoria.

Al llegar y bajar las maletas, fueron directo al área de abordaje, el avión estaba apuntó de despegar, todos les sonreían, pero sabían que no estaba bien, pero era mejor que los vea sonriendo a que estén llorando y sufriendo por ella.

Al despegar el avión, todos empezaron a llorar, pero sabían que era necesario para que ella pudiera, salir adelante.

Ser Feliz ImportaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora