EN MI CORAZÓN

CAPÍTULO 18: TÚ LUCHA, MI FUERZA

No imagine ni en sueños que las cosas tornaran de este modo.

Lo que empezó con un inocente beso a estas alturas tenía muchos nombres, pero de inocente nada.

Había empezado a acariciar parte de su cuerpo de manera descontrolada ni siquiera yo me reconocía. Mis manos viajan debajo se blusa, su piel era suave.

Lo estaba disfrutando tanto y quien sabe a hasta donde llegábamos, pero la voz de mi secretaria hizo que nos separamos.

-Señor, le traigo los docu....mentos- nos miró, al darse cuenta de la situación, ella dejo los documentos me sonrió y se retito.

No sabía cómo enfrentar a la persona que tenía a mi lado, solo di la vuelta y encontré un rostro muy sonriente. Siento, como que alguien acaba de aprovecharme de mi.

-Señorita- no sabía que decirle esta situación escapaba de mis manos

-Carlesik tengo algunas cosas que hacer con su permiso- se acercó me volvió a besar y como tonto o través caí, pero esta vez ella decidió terminar el beso.

Se despidió con su mano cuando estuvo en la puerta yo solo la vi irse.

Me quede en la misma posición un buen rato no asimilaba lo que había pasado.

En qué momento pasamos de socios molestos a, que nombre le pongo a esto.

Por estar pensado en los labios de una señorita en particular había olvidado que tenía que ir a ver a mi hermano.

-Mariza, ven un momento por favor- llame a mi secretaria ya más clamado. Su rostro sonriente me recordaba la escena de hace un momento.

-No sonrías que tu no viste nada-

-Nada de nada señor- contesto, pero su sonrisa era más marcada en su rostro.

-Te prohíbo seguir riendo y dígame si hay algún pendiente impotente-

-No señor, solo la reunión de la señorita, pero supongo que está arreglado- volvió a reírse. Ella de verdad se burlaba de mí. Eso pasa cuando le das demasiado confianza a tus trabajadores.

-Mariza suficiente-

-Si señor disculpé- no sentía que esta arrepentida, pero tenía que dejarlo pasar a este pasó era yo quien más perdía.

al comprobar que todo estaba en orden en la empresa me dirigí a la clínica. Tenía que hablar con mi hermano.

Llegué a la clínica no encontraba a mi hermano por ninguno lado así que decidí llamar a mi padre.

-Papá estas con Ángelo. Lo estoy buscando y no doy con el-

-Salió, dijo que quería despejar la mente un rato- contesto mi padre al otro lado de la línea.

-Papá como lo dejo salir solo en su estado- dudaba que haga algo malo, pero es mejor ser precavidos.

-Está más tranquilo así que lo deje salir, llevo su celular llámale- mi padre enserio justo cuando necesito localizar a ese niño lo deja salir. Será toda una odisea encontrarlo.

-Está bien padre, si lo localiza me avisa-

-Está bien cuídate hijo-

Corté la llamada y empecé a llamar a mi hermano mientras recorría la clínica a ver si tenía suerte.

Después de llamarlo muchas, pero muchas beses me cogió la llamada

-Oye donde estas. Te estoy buscando necesito hablar contigo-