04↝cosquilleo

471 74 3
                                    

Hablé con Heeseung durante las siguientes semanas. Él me había tomado cariño, pero no el suficiente. Nuestras conversaciones eran amenas y nuestros silencios cómodos, su manía por tocar mi cabello se había convertido en algo normal entre nosotros, también el poner su mano en mi rodilla, o mi pierna. Le he sacado un par de sonrisas, es bonito verlo reír aunque sea unos segundos.

Habíamos logrado muchas cosas, o bueno, yo había logrado muchas cosas. Por eso me asusté cuando me di cuenta de que algo estaba haciendo para que esto no se diera correctamente, fue un jueves, cuando Heeseung decidió ignorarme el día entero, mientras que yo, cansado, deje de intentar.

Me había hecho de fuerza por hablarle cuando vi que estaba con una chica. Lo saludé y de paso la saludé a ella, me sonrió, se presentó diciendo que su nombre era Mel, fue muy educada. Sin embargo no recibí respuesta de Heeseung, encogiéndome de hombros me fui de allí. Yo no iba a rogarle a nadie por un poco de atención.

Me pasé todo ese día con Jake, pero mi mirada estaba permanentemente puesta en Heeseung , él también tenía sus ojos puestos en los míos. Cuando Jake me tocaba, o me besaba e incluso cuando un color rosa se esparcía en mis mejillas a la par que él decía cosas tiernas, yo no ocultaba mi felicidad al ver el esfuerzo que hacia Heeseung por no demostrar que esto le estaba molestando, quizá no tanto, pero lo estaba.

Esta era mi pequeña venganza por haberme estado evitando todo el maldito día. No, no estoy enojado, solo es mi ego que esta algo dañado más de lo que ya lo está comúnmente.

Cuando el día termina y siento que una mano me jala hacia atrás, no tengo que ser un genio para adivinar que se trata de Heeseung. Él, con su ceño fruncido y ojeras notorias, yo, con ojos cansados más estos nuevos moretes alrededor de mi brazo que hacen el agarre de Heeseung más doloroso. Sonrío torpemente de costado ante su enojo, es lindo.

—Hee, ya te extrañaba.

—¿Y que es precisamente lo que extrañabas? Porque te vi demasiado ocupado con Jake como para pensar en mí en algún momento, ¿No te parece? —su voz se estaba elevando demasiado, y él mismo fue capaz de darse cuenta. Llevé mi mano hasta su rostro y lo acaricié, porque no me gustaba que estuviese tan alterado, después de todo la euforia de las drogas que usualmente consumía no eran muy buenas mezcladas con enfado.

—Hey, tranquilo. Tú no me hacías caso, yo estaba aburrido. En mi defensa, todo esto ocurrió por tu culpa. —intento tomar su brazo pero él se aleja con obvio mal humor. Sin embargo, no me doy por vencido, vuelvo a intentarlo siendo insistente, lográndolo esta vez.

Hay un silencio como el que comúnmente se formaba entre ambos, y luego, cuando encontramos un lugar donde sentarnos, me afirmo al metal de la banca, balanceando mis pies con una pequeña sonrisa en mi rostro.

—¿No tienes que ir a ver a Jaehan hoy?

—No, mañana es día de visita. —lo miro y él me mira, saca un cigarrillo de su bolsillo y me ofrece uno, pero yo niego. Le había contado lo de Jaehan, lo que era extraño, nadie más que Jiheon lo sabía. Sin embargo, pude soltar todo con Heeseung, pude decirle lo que en verdad pasaba y lo mucho que me atormentaba saber que mi hermano era una bomba de tiempo.

Él lo entendió, calló, me abrazo. Fue lindo en el momento. Me confeso que me había visto muchísimas veces antes en el hospital y que quería ir un día junto a mí para conocer a Jaehan. No iba a negarle ese lindo gesto de su parte.

—¿Él está bien? —tomó un encendedor y prendió su cigarrillo, asentí con la cabeza aun que no estaba seguro de si bien era la palabra con la que debía describirlo. Jaehan extrañaba mucho a mis padres, yo lamentaba que lo hiciera pero solo es un niño, él también necesita de ellos. Me siento con impotencia porque cada vez que les hablo sobre esto ellos me dicen que verán que es lo que van a hacer, pero nunca hacen nada. Y entonces tengo que soportar a Jaehan llorando y diciendo que siente que no le importa a absolutamente nadie, si él tuviera algo de conciencia sobre todo lo que significa para mí, yo sé que no diría eso. Me perdí en todos estos pensamientos antes de sentir la mano de Heeseung en mi rodilla, acariciando con su pulgar suavemente la zona.

—Y tú, ¿Cómo estás?

—Bien, —apoyo mi cabeza en su hombro, el aroma a tabaco mezclado con perfume me envuelve. Es una mezcla extraña, quizá no de mi agrado, pero no puedo hacer nada.

Siento que su respiración es pesada, y me está extrañando su comportamiento.

—¿Qué pasa contigo?

—Nada, ¿Por qué?

—Estas extraño, como si tuvieses miedo de algo. ¿Es a mí? ¿Por eso estuviste ignorándome todo el día?

Sus labios se fruncen en una línea casi recta. Arregla su cabello, sentando a mi lado. No dice nada durante unos largos minutos, hasta que por fin encuentra las palabras que quería decir.

—No te tengo miedo a ti, Sun. Le tengo miedo a lo que eres, y lo que estás haciendo. —da una calada al cigarro, mientras yo removía mi cabeza un poco. Seguía confundido, o fingía estarlo, en realidad estaba consciente de lo que estaba diciendo.— No hagas esa cara de confusión, tú sabes muy bien de lo que estoy hablando. ¿No me estas usando? ¿No estás haciendo esto porque te encanta jugar con los corazones ajenos? Puede que este realmente jodido y drogado pero no soy idiota.

—No es así Heeseung. Solo me pareces interesante.

Suelta una risa sarcástica que me hace esconder mi rostro en el pliegue de su cuello. Me intimida de alguna forma.

—Quiero que sepas una cosa, bebé. Conmigo no vas a poder por más que lo intentes, así que no pierdas tu tiempo. Si lo que querías era romper mi corazón, ¿Haz intentado romper algo que ya está roto en pedazos demasiado pequeños? Bueno, no lo intentes, porque es imposible.

—Estas roto. —le dije, como una afirmación triste. Él no tuvo que enviarme una respuesta, solo esperó que alejara mi cara de su hombro, por alguna extraña razón le gustaba que hiciésemos contacto visual. Yo le temía un poco a ello, pensaba que podían revelarse muchos secretos que tenía escondidos gracias a eso.

—Tú también. ¿Crees que no me doy cuenta de que todo este teatro de ego y autosuficiencia es solo una máscara? Los moretones en tus brazos y piernas son producto de ti mismo. No soy esos chicos que solo quieren follarte, yo si te entiendo. Creo que hasta sé que solo los usas para sentirte a amado. ¿Es eso?

Él sonrió de costado cuando vio que mi boca quería formular palabras que no salían. No supe como sabía tanto, no había pasado más de algunas semanas en la que nuestra relación había fortalecido confianza, pero no la suficiente para que él supiera tanto sobre eso.

No dije nada porque no tenía nada por decir.

Él besó mi mejilla y se levantó tirando al suelo la colilla de cigarro. Me preguntó si iba a tomar el bus, le dije que sí. Cuando me levante él tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos. Me resulta difícil saber quién se supone que es ahora, su personalidad cambiante es todo un rompecabezas.

Nunca nos habíamos tomado las manos, así que fue más que una sorpresa para mí. Sentía las mejillas calientes, no sabía a qué se debía, tampoco sabía que ocurría con el cosquilleo en mis dedos y brazo.

Lo único que si sabía, es que no indicaba nada bueno.

Drama King. ‹𝟹 HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora