Sentir

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El viaje desde el Monte Futago hasta la enfermería de NERV parecia una eternidad.

A pesar de sus propias heridas, Shinji había insistido en viajar con Rei en su VTOL médico, atado a un asiento plegable al lado de su camilla. Agotado, finalmente sucumbió a la fatiga de la batalla y se quedó dormido.

Desde su cama, Rei miró al niño dormido, la curiosidad se reflejaba en sus delicados rasgos.

La primera vez que nos tocamos, no sentí nada, pensó.

La segunda vez  se sintió... raro... creo.

Pero la tercera vez...

Sentí calor por dentro.

Vacilante, deslizó su mano en la de él una vez más... y se quedó dormida.

Como siempre les invito a leer mi otra obras Dulces recuerdos y las pequeñas cosas que importan, después del requiem, Bajo las mismas constelaciones y akame ga kill almas gemelas, un cuento de hadas en el aeropuerto 

Díganme que les pareció el capitulo de hoy

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Un regalo para mis queridos lectores

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Las pequeñas cosas que importanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora