Deseo 4.-

83 14 4
                                    

Desperté con un dolor de espalda horrible, estiré el
brazo para tomar una almohada pero algo. O
quizás alguien me lo impedía. Abrí los ojos y me
encontré con los ojos verdes de Oday observando
fijamente los míos. Volteé a todos lados, estábamos
acostados en una banca de un pequeño parque
ubicado en medio de un montón de casas
residenciales. Ella estaba entre mis brazos, vestidos
igual que la tarde anterior. Tallé mis ojos para
desperezarme y me estiré un poco, me paré
intentando moverla lo mínimo posible.

— ¿Dónde estamos? – pregunté confundido.

— La casa de mis padres – contestó señalando la casa que se encontraba frente a nosotros, una enorme casa blanca.

— Vamos – dije tomándola de la mano pero ella se
soltó.

— No puedo, Chris. Está prohibido que un ángel se
acerqué a la que sería su familia, me podrían
reconocer – suspiró.

— ¿Qué? Pero si nunca te vieron.

— Sí, pero ellos lo van a sentir. Es como... los bebés,
ellos no reconocen a nadie cuando siguen siendo
pequeños, entonces ¿Cómo reconocen a sus
padres? Lo sienten, es un don que Dios te otorga
cuando naces.

— Bien.

Toqué la enorme puerta de madera y unos
segundos más tarde me abrió una señora, más bien
una muchacha, no tendría más del doble de mi
edad.

— ¿Necesitas algo? – preguntó.

— Disculpe, solo necesito saber ¿Cuál es su nombre?– pregunté.

— Maddison Brown, para lo que gustes.

— Quisiera hablar con usted y su esposo – contesté.

— Mami, quiero más leche – gritó un niño corriendo
a los brazos de la señora. Abrí la boca, mientras la
rabia invadía poco a poco mi cuerpo ¿Había
abortado a Oday para luego tener más hijos? ¡Qué clase de persona tan estúpida era esa señora!

Me tranquilicé, quizás había sido por otras razones.

— Sólo quiero decirle ¡¿Cómo tuvo el valor de
hacerlo?! – grité explotando mientras la señora
bajaba al niño ordenándole que se fuera a su
habitación.

Sonreí amargamente.

— Tranquilízate por favor, ¿De qué hablas? – el
semblante de la rubia era serio a diferencia de la
amable sonrisa que había tenido unos minutos
antes.

— ¡Abortó a su hija! ¡Ella no se lo merecía! – me
imaginé a Oday pero no como ahora, su pequeño
cuerpo, su pequeño cuerpo muerto, de cuando era
un bebé.

— ¡No tenía opción! iNo quería una hija deforme!

— ¿De qué está hablando? – pregunté confundido

— Mi pequeña... Oday ella no iba a tener la mitad de su pierna, ¡Fui tonta al no tomar ácido fólico! – gritó
ahora ella. Tenía sus ojos verdes idénticos a los de
Oday ahora repletos de lágrimas.

— Qué gran excusa – dije secándome las lágrimas que comenzaban a salir de mis ojos.

«Tranquilo, Christopher» su hermosa voz me habló en mi mente.

— La mató, por su culpa ha sido infeliz – dije
pensando en todas las veces que me había dicho
cuanto deseaba ser humana, vivir. Después de dedicarle una mirada de odio, salí furioso de esa casa y me encontré con mi auto ahí al frente, supuse que
Oday lo había traído. Subí y arranqué.

— Tranquilo, Christopher. – repitió ella observando desde el asiento del copiloto como la flecha de velocidad subía y subía. La furia me controlaba.— ¡Chris! – Sólo alcancé a escuchar su grito y ví una cegadora luz blanca frente a mí.

[...]

— ¿Hermanito? – sentí un beso en mi mejilla y abracé a mi pequeña hermana. Abrí los ojos pero al
instante los volví a cerrar. Cuando los volví a abrir
me di cuenta que estaba en una camilla de hospital,
Oday estaba en un sillón adelante mío, y en otro
mueble a la derecha de la camilla Zabdiel, Sav y
Erick dormidos. Recordé todo lo que había pasado,
había chocado con un auto por haber pasado un
alto, a Oday no le había pasado nada por obvias
razones, y yo seguía vivo. Pero... ¿Qué habría sido
del conductor de otro auto? ¿Y si tenía familia?
Joder arruiné todo por un estúpido arranque de
furia.

— Chocaste, Chris – dijo Oday acercándose susurrando. — Era una familia.

Esto no estaba bien.

— Sólo sobrevivió el niño más pequeño – terminó con los ojos llorosos.

La historia se repetía, no lo iba a permitir. No iba a
permitir que otro niño sufriera lo mismo que yo
estaba sufriendo por mi culpa.

— No...

Oday se acercó y me abrazó, Allison corrió a
sentarse a donde segundos antes había Oday
estado segundos antes. Y yo le correspondí al
abrazo.

— ¿Por qué querías ver a mi familia? – preguntó
curiosa.

— Quería que mi cuarto deseo fuera que regresaras
con tu familia, pero antes debía saber que tu mamá
no era una asesina o algo así, me di cuenta que sí lo
es – dije tranquilo, no me iba a provocar un dolor
de cabeza por culpa de esa señora.

— Gracias – susurró.

La observé, su cabello caía por sus hombros y sus
ojos se veían de un verde tan hermoso con unas no
tan marcadas ojeras debajo.

— ¿Te he dicho que eres hermosa? – dije sin pensar.

— No – contestó sonrojándose, viéndose todavía más linda.

— Pues lo eres – sonreí.

Pero mi sonrisa se borró tras ver a un pequeño
niño correr llorando por mi ventana. Suspiré, mis
deseos se estaban agotando.

— Deseo que el niño recupere a su familia, no quiero
que sufra lo mismo que yo... sí, ese es mi cuarto
deseo.

















Espero que les haya gustado este nuevo capítulo el cuasi les traigo con mucho cariño ❤️

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Espero que les haya gustado este nuevo capítulo el cuasi les traigo con mucho cariño ❤️

No se olviden de votar y comentar

A...

Los siete deseos de Christopher  || C.V& TÚWhere stories live. Discover now