Creo que no es la manera de empezar este capítulo, pero tengo que decirlo como tal.Me dio una infección estomacal. Bueno, no en si una infección, la verdad es que me comí unas papitas que estaban en la alacena, y creo que ya estaban caducadas.
Perdón, sentí que debía decirlo, aún con todo eso, voy a ir a la bendita cena. No me apetecía ir, y ya se lo había manifestado a mí madre, pero al igual que a mí padre, voy voluntariamente a fuerzas.
— ¿Ya estás lista? — escuché la voz de mi madre una vez que abrió por completo la puerta, me miró de arriba hacia abajo y chifló — Te ves linda cariño, te espero abajo — acompañó aquello último con un guiño.
Claro ahora estaba muy feliz, ya había conseguido lo que quería.
Me había vestido de una forma sencilla, ni muy formal, ni muy Adam Sandler, un vestido floreado color blanco, aunque, ahora que lo pensaba ¿Por qué había elegido algo blanco si soy muy sucia para comer? De ahora en delante tendría que tener mas cuidado, no quiero quedar en ridículo otra vez, aunque de esta cena no tengo muchas expectativas, será nuevamente algo incomodo para mí y tendré que fingir que no, como normalmente lo hago.
Aunque no lo admitiría en voz alta, volver a ver a Luca, ha sido un revuelco de emociones para mi, sentía como si algo dentro de mi renaciera y un mar de sentimientos que creí habían sido ahogados naufragaran sin un destino fijo, como si fueran una parte del viento y siguieran su propio rumbo sin escuchar ni esperar ordenes de nadie, jamás lo odie, no tuve tiempo suficiente para eso, cuando tenia tiempo de sobra, lo ocupaba en pensar si él estaría bien, si las personas lo trataban con respeto y si la comida era lo suficientemente rica y saludable para él.
Ahora que lo tenia cerca otra vez, no planeo actuar inmaduramente, ambos hemos crecido, y soy responsable de que el tiempo que permanezca aquí sea lo mas grato posible, al fin y al cabo seguíamos siendo amigos.
Me miré al espejo una ultima vez y camine escaleras abajo, todavía nerviosa respire profundamente y exhale todos los pensamientos negativos, visualicé a mis padres platicando, o más bien mamá platicando y papá discutiendo sobre algo referente a la asistencia de mi padre a la cena.
—... lavaré los trastes durante todo el mes, pero por favor déjame faltar, te lo suplico — pidió papá tomando de la mesa las llaves del auto.
— Lo dices como si esa no fuera tu responsabilidad — refutó mamá cruzándose de brazos.
— Papá, entre mas te resistas mas nos vamos a tardar en regresar — interferí tranquila sabiendo que mi padre no tenia ninguna oportunidad para ganar esta discusión — Mejor vámonos de una vez, se nos hará tarde — continué sin ánimos caminando hacia la puerta.
— Kamila ¿Te sientes bien cariño? — se acercó mamá hacia mí para tocar mi frente con la palma de su mano — No tienes temperatura — prosiguió agarrando mis brazos y cara, me miro — ¿Es algo emocional a caso? — dudó en mencionar lo siguiente — Si te sientes todavía mal por lo de Luca, bien puedes...
— ¿Luca? ¿Qué hay con Luca? ¿Le paso algo? — interrumpió papá abriendo los ojos preocupado.
— No exactamente cariño, verifica si apague la estufa por favor.
— Siempre es lo mismo con esta mujer — murmuro mi padre a regañadientes caminando hacia la cocina.
— Mamá, estoy bien, perfectamente, no te preocupes por mi ¿Okey?
— Claro que me preocupo por ti, que no se te olvide que por mucho que crezcas sigo siendo tu madre, y no tienes que disimular frente a mi, se que estas enamorada de ese chico, se te nota de lejos, no tienes porque fingir. — hablo segura de sus palabras.
— ¡Alto, alto ahí! — exclame exaltada al oír como ella parecía estar segura de mis sentimientos, ni si quiera yo lo puedo entender y mi madre lo hace ver como si fuera cualquier cosa — Nadie esta enamorada de nadie — rodo los ojos — Solo sigo un poco abrumada, eso es todo.
— Abrumada rima con enamorada.
— ¡Por Dios mamá! Nada que ver — abrí la puerta de la casa y salí hacia el auto — ¡Vámonos de una vez! — grite desde afuera añorando que mi padre me escuchara para poder largarnos de una buena vez.
Creí que la generación de jóvenes era la alocada hoy en día, con sus pantalones para tienda y las nuevas transiciones en los videos de las redes, pero en realidad las que están fuera de sus cabales son las madres ¿Cómo se atreve a pensar que estoy enamorada de Luca? Yo no estoy enamorada de él, no tiene absolutamente nada que me guste, se viste curioso, es muy malo para las matemáticas, su helado favorito es el de pistache y su primera palabra fue emparedado, no hay absolutamente nada en él que pueda resultarme atractivo, es mas, él seria la ultima persona en la que me fijaría, antes muerta que salir con el, solo somos amigos, el termino de amistad no incluye estar enamorados.
No.
No.
En realidad mamá ha perdido la cabeza y espero que la encuentre pronto.
Divise a mis padres saliendo de la casa, mama con una sonrisa en el rostro, luciendo despreocupada y contenta, pero de papa no puedo decir lo mismo, él lucia como si un camión lo hubiera arrollado, sin ganas, sin vida, sin brillo. Cuando ambos subieron al auto, suspire, mi madre me sonrió inocente a través del retrovisor, entrecerré los ojos, negando con la cabeza.
El viaje fue un poco largo, la familia de Luca ahora habitaba en una casa que habían comprado a las afueras de la ciudad poco después de que el se fuera, por lo mismo eran muy pocas las veces que mi mama había podido visitar a la señora García.
Al llegar a nuestro destino, un gran portón nos recibió, dividendo la casa de la desviación de la carretera que habíamos tomado con anterioridad, al confirmar en el interior del hogar quienes éramos, las puertas se abrieron por si solas, permitiéndonos el paso. Cuando papá apago el motor suspire y exhale una ultima vez, prometiendo actuar como si nada estuviera pasando, y es que en realidad, nada estaba pasando, ni siquiera yo entendía porque me sentía tan nerviosa, solo era Luca y su familia, nadamas.
Bajé con cuidado y esperé a que mis padres estuvieran listos para entrar a la casa, camine detrás de ellos mirando al suelo.
— Los mas pequeños van adelante — habló mi madre tomándome de los hombros y colocándome enfrente de ellos, fruncí el ceño y en respuesta ella lanzó un guiño.
— Bienvenidos.
Y ahí estaba él.
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¡Me enamoré de una Superestrella!
Novela JuvenilLuca García. Mejor Amigo. O debería decir ¿Ex Mejor Amigo?. No sé, tendré que definirlo más tarde. Tenia sueños por delante, sueños que con mucha dedicación y esfuerzo logró, podría decir que le tenía envidia, él sabía lo que quería hacer e iba por...