¡Me enamoré de una Superestrella!

4. Quería verte a Ti.

La tensión se sentía en el aire, estábamos sentados en el sofá, y el silencio acompañado de nuestras respiraciones era lo único que podía escucharse. Si soy sincera, no imaginaba que podría verlo tan de repente, estaba mentalizandome que tendría que verlo en el concierto, pero, osea, aún no terminaba de hacerlo.

— ¿Has estado bien? — preguntó rompiendo el hielo, que por cierto parecía muy duro de romper.

— Sí ¿Y tú?

— Bien, también.

Silencio.

Esto es raro.

— ¿Quieres ver una película? — justo ahora creo que una película sería lo mejor, para que por lo menos tengamos algo que ver, aparte del suelo. Asintió.

Reproduje la película de Son como niños, algo de comedia nos vendría bien.

— Creciste — mencioné recordando su antigua estatura.

Sonrió.

Que lindo sonrisa.

— Supongo que sí, las prácticas son algo duras, tenemos que entrenar, ya sabes, hacer ejercicio con pesas, estiramientos — aunque no sabía exactamente a lo que se refería, asentí. No soy una chica fitness.

— Encontraste lo que amas — murmuré — Eso está bien — agregué sin saber que decir.

El olor a galletas invadió el lugar, voltee a ver a mi Madre quien venía entrando con una grande sonrisa y en sus manos una plato con galletas.

¿Dónde aprendió a hacer galletas?

— Coman algo mientras ven la película — dijo poniendo el plato en la mesa de centro, me miró de reojo — Si necesitas algo, pideselo a Kami — fruncí el ceño. ¿A mí? — Espero que te quedes a comer — añadió viendo mi clara incomodidad — Kami está emocionada por verte.

Mi madre tiene una gran boca.

— Mamá ¿No tienes cosas que hacer? — dije entre dientes anhelando que se fuera de una buena vez.

Me miró — ¡Oh! Claro, me voy a mi cuarto, no los molestaré — contestó sonriente guiñandome el ojo.
¡¿A qué se debe ese guiño?!

— Tu madre sigue siendo igual a como la recordaba — reí.

— No le creas, es una falsa — recordé cuando traje a un chico a casa, no le quitaba los ojos de encima y mucho menos quería dejarnos solos.

— Extrañé mucho este ambiente, cuando apenas llegué a Corea todo fue tenso, no conocía el idioma, ni a mis compañeros, todos me miraban mal, supongo que era porque no me conocían, por un momento, quise regresar, quería volver a ver a mis padres... — guardó silencio por unos pocos segundos — quería verte a ti.

Mi corazón se detuvo por un momento, sentí mi rostro arder, mis manos sudar ¿Cómo podía ponerme él en esta situación?

— Te extrañé.

Este chico quiere matarme.

— Y-yo...

— Sé que no nos contactamos por un tiempo, pero quiero que sepas que no fue porque no quisiera, en realidad... — suspiró — ni siquiera tenía tiempo, apenas y podía hablar con mis padres, entre la escuela y la empresa no podía ni respirar, yo...

Lo corté — No tienes porque darme explicaciones, entiendo que han sido tiempos difíciles, no estoy enojada contigo.

Sé que hace un rato dije que si, pero...
Ya saben, soy sensible.